Investigados cuatro empleados del aeropuerto por robar objetos de maletas facturadas

Alicante

La Guardia Civil investiga a cuatro empleados de aerolíneas que operan en el aeropuerto Alicante-Elche por sustraer objetos de las maletas que manipulaban. Los investigados, cuatro españoles, de 23 y 41 años y dos de ellos de 57,  son dos trabajadores de la empresa Swissport y otros dos de Iberia. Abrían presuntamente las maletas más fáciles de manipular y hurtaban del interior aquello que les llamaba la atención, sin importar el valor. Hasta se hacían con los paquetes de chicles que los viajeros pudieran llevar en sus maletas. Han quedado en libertad con cargos.

Las pesquisas comenzaron el pasado septiembre ante las numerosas denuncias presentadas en las dependencias de la Benemérita en el aeropuerto por parte de viajeros.

Desde entonces, los agentes han realizado labores de averiguación y seguimiento, tanto a la entrada como a la salida de los trabajadores, en el recinto aeroportuario. También han visionado y estudiado el sistema de cámaras de seguridad de Aena, para lo que contaron con la colaboración de esa entidad y con los jefes de escala de todas las empresas de 'handling' que operan en el aeropuerto.

La operación ha permitido descubrir la presunta implicación de cuatro personas, dos trabajadores de la empresa de handling Swissport y otros dos de Iberia, que realizaban funciones de carga y descarga de equipajes en este aeropuerto, tanto en la zona de salidas como de llegadas.

¿Cómo lo hacían?

La Guardia Civil ha conseguido acreditar que estos cuatro trabajadores abrieron y manipularon un total de 61 maletas. Se han recuperado todos los efectos sustraídos de estos equipajes facturados.

Los trabajadores habían conseguido una "gran destreza" en su manera de operar, por la rapidez para abrir las maletas y localizar un objeto que le llamase la atención para sustraerlo sin ser detectados por las cámaras de seguridad, e incluso por sus propios compañeros. Los agentes han recuperado objetos de todo tipo, incluídos "chicles, pilas, bolígrafos o colgantes de plástico".

Incluso colocaban los carros-portaequipajes de manera que resultara difícil verlos mediante las cámaras de vigilancia, ya que los apostaban detrás de postes, paredes y pilares de la terminal. Uno de los trabajadores implicados, a la hora de colocar las maletas sobre el carro-portaequipajes, levantaba una especie de "muro parapeto" con las propias maletas, dejando un hueco central sin llenar, para poder llevar allí los equipajes que pretendía abrir y así dificultar ser detectado, según la Guardia Civil.