El Gran Canaria volvió a reencontrarse ante el Alba Berlin (100-81)
Los jugadores de Luis Casimiro dieron una imagen totalmente diferente al partido del Iberostar Tenerife. Albert Oliver volvió a jugar
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Ángel Medina G. EFE
Las Palmas de Gran Canaria
Cuatro derrotas consecutivas era un lastre importante para un Herbalife Gran Canaria, que llegaba al partido ante el Alba Berlín con una merma física destacada y con su imagen dañada después del encuentro ante el Iberostar Tenerife.
Los grancanarios salieron apretando más en defensa, para alivio de su entrenador, y con una Albert Oliver, esto le sirvió para ir mandando en el marcador desde el inicio del encuentro. El Alba Berlín tampoco estaba demasiado fino, con bajas importantes ante un Gran Canaria que a través de los lanzamientos triples, fue dañando los intereses del equipo alemán. La primera parte finalizaba con el marcador de 53 a 38.
La segunda parte generó una reacción del Alba Berlín que logró un parcial de diez a cero, pero la distancia en el marcador seguía siendo importante, con ventajas que estaban en los veinte puntos. Fue de destacar el buen partido que realizó Albert Oliver, cuya magisterio en la dirección fue de agradecimiento por parte de sus esforzados compañeros.
Ya fue en la recta final, cuando los jugadores del equipo de Aíto García Reneses, quisieron recortar unas diferencias en el marcador, que les podían complicar la vida a la hora de buscar ventajas en el basketaverage global. El resultado final fue de 100 a 81.- Ficha técnica:
100 - Herbalife Gran Canaria (26+27+31+16): Mekel (19), Rabaseda (5), Eriksson (13), Báez (11) y Balvin (4) -cinco inicial-, Oliver (8), Seeley (7), Pasecniks (13), Paulí (12) y Aguilar (8).
81 - Alba Berlin (20+18+21+22): Peno (2), Grigonis (11), Vargas (7), Scheneider (4) y Clifford (5) -cinco inicial-, Saibou (0), Siva (16), Giffey (7), Nikic (2) y Sikma (27).
Árbitros: Robert Vyklicky (República Checa), Sergio Silva (Portugal) y Mehdi Difallah (Francia).
Incidencias: Encuentro de primera jornada de la segunda ronda de la Eurocopa, disputado en el Gran Canaria Arena ante 4.342 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento del presidente del Limoges francés, Frederic Forte.
