Adiós a un hombre bueno y sabio

Oviedo

Dependiendo a quien le preguntes te dará una u otra respuesta; pero los términos sabio y hombre bueno saldrán, seguro, en la conversación con cualquiera de las personas que tuvieron la oportunidad de conocer a Aurelio Menéndez Menéndez. El currículo de este gijonés, doctor en Derecho y catedrático de Derecho Mercantil, con profundas raíces en Sisterna (Ibias) ocuparía más espacio del que disponemos. Sirva como muestra que recibió el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 1994 y la Medalla de Oro de Asturias en 2009 Su figura ha sido de las más prestigiosas en el mundo académico y jurídico español. Fue ministro de educación con Adolfo Suárez en el gobierno, preceptor en su día del Rey Felipe VI, miembro del Consejo de Estado; llegó a formar parte como magistrado del Tribunal Constitucional. Además, junto al también asturiano, Rodrigo Uría, fue socio fundador de Uría Menéndez, uno de los despachos de Abogados más importantes del país,

De la importancia de la figura de Menéndez en el campo de las Ciencias Jurídicas, da cuenta el Catedrático de derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo, Leopoldo Tolivar Alas. Destaca, en Asturias Hoy por Hoy que, este asturiano de sombra alargada, “fue capaz de tocar todos los palos jurídicos y ser reconocido por ello en España y el extranjero”. Tolivar Alas, presidente de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia, también hace referencia al destacado papel que Menéndez jugó en la resurrección de la institución después de un siglo desaparecida: “Fue quien firmó, junto al Rey Juan Carlos, el decreto de reconstitución de la Academia, en 1977”.

Aurelio Menéndez ha pasado por los micrófonos de Radio Asturias-SER en muchas ocasiones. Siempre que Asturias Hoy por Hoy se realizaba en el centro educativo que lleva su nombre, en San Antolín de Ibias, en el marco de la Semana de la Comunicación, nos acompañaba en el programa. En cada una de las ocasiones dejaba notar el cariño a la tierra de sus padres y su preocupación por que la educación en el medio rural no fuese distinta a la del ámbito urbano. Nunca perdió la oportunidad de volver a sus inicios, en aquella Asturias tan diferente, como decía.