Belmonte: “Se ha cubierto usted de gloria, por no decir de otra cosa”

Murcia

'Contra los maricones'

Nunca me ha gustado este tío. Tuvo, es verdad, su época gloriosa pero, como dijo el torero Juan Belmonte a propósito de un subalterno suyo que llegó a alcalde, nuestro hombre en cuestión ha ido degenerando hasta extremos insospechados.

Seguramente, por su ansia de convertirse en protagonista, su nombre ha saltado a la actualidad a propósito de la cabalgata de Reyes del barrio madrileño de Vallecas. Allí desfiló una carroza en la que se exhibía, a su gusto y manera, una drag queen.

Para el susodicho personaje esta es una manera de que los niños sepan que pueden ser, cito textualmente, maricones desde las edades más tiernas.

No han faltado las inmediatas críticas a este periodista carca y casposo que realiza sus comentarios desde una emisora de radio. A quienes le han tachado, con toda la razón del mundo, de homófobo les ha respondido mandándolos a la mierda, para seguir así con su estilo cortés, fino, educado y correcto, dicho sea con toda la ironía del mundo.

Tipos así son los que, amparándose en su fama, contaminan la convivencia entre las personas, y arroja al cubo de la basura el buen rollo entre los seres humanos, sean de la tendencia y condición que sean.

Este genares, que debería marcharse a su casa mañana mismo, es, a la vista está, un viejo malhumorado y cascarrioso, un periodista poco ejemplar, un pésimo escritor –doy fe de ello- y un malísimo poeta de versos ripiosos, bajunos, toscos y agropecuarios. Se ha cubierto usted de gloria, por no decir de otra cosa, querido maestro.

Pepe Belmonte