Calvos con barba y otras minorías oprimidas
A Coruña
El mes pasado tuvimos en Ojo Cuidao a un invitado que utilizó sus minutos de radio para reivindicar a un colectivo minoritario y oprimido de nuestra sociedad: los calvos con barba. Sí, los calvos con barba.
Los calvos con barba, según nuestro oyente, sufren día a día la lacra de ser confundidos unos con otros. Se han dado casos de madres que tienen hijos que son calvos con barba y que los confunden con otros calvos con barba sin parentesco alguno.
Y es que los calvos con barba se parecen tanto unos a otros que a veces se pueden encontrar con serios problemas. Imagínense una rueda de reconocimiento policial solo con calvos con barba, sería una auténtica lotería.
Los calvos con barba son uno de esos colectivos claramente desfavorecidos, como también lo son los actores de Hollywood Al Pacino, Robert de Niro y Andy García. ¿Serían ustedes capaces de distinguirlos? Una de las frases más repetidas con respecto a ellos es: "Robert de Niro no, el otro. ¿Al Pacino? No, el otro. Andy García. ¡Ese!"
También le ocurre a las actrices Resse Whiterspoon y René Zelwegger, nadie tiene muy claro quien es quien. Y uno de los casos más sangrantes es el de Ryan Reynolds y Ryan Goslin, que además de parecerse físicamente, se llaman igual.
La gente que se parece tiene graves problemas y es hora de que los que somos únicos e irrepetibles empecemos a sensibilizarnos con este tema. Por favor, padres del mundo, dejen de vestir a sus hijos mellizos con la misma ropa, que ya cuesta distinguirlos de serie, no agranden el problema.
Y queridos millenials que compráis en Bershka, ya que vestís todos igual, ¿por qué no unas pegatinas identificativas con vuestro nombre?
Dicen que todos tenemos un doble ahí fuera, o un triple. Ocurre con los políticos. Por ejemplo, dicen que Zapatero se parece a Sheldon Cooper, Begoña Villacís a Megan Markle, la actriz y prometida del príncipe Harry y por supuesto la ministra de Fomento Fátima Bañez es un calco con melena de Millán Salcedo de Martes y 13.
Lo que tiene que ser muy duro es que digan que te pareces a un dibujo animado. Es lo que le ha pasado a Íñigo Errejón, el eterno millenial, que le han dicho que se parece a Millhouse de los Simpson. ¿A que un poquito sí que se parece?
En fin, sirvan estos minutos de radio para reivindicar, una vez más, la unicidad de los calvos con barba. Aunque no lo crean, hay más de un calvo con barba ahí fuera. No los confundan. Ellos nunca lo harían. Qué duda cabe.
