Los palentinos renuevan la tradición de San Antón con sus mascotas

Palencia

Como cada 17 de enero el exterior de la Iglesia de San Miguel en Palencia reúne a decenas de palentinos que acuden con sus mascotas a renovar la tradición de San Antón. Una cita que organiza la Hermandad de Cofrades de San Antonio Abad y en la que los animales son bendecidos y se realiza el reparto de los panecillos de San Antón y pastas elaboradas especialmente para esta fecha.

Como viene siendo habitual, la mascota más vista esta mañana ha sido el perro aunque también los entornos de San Miguel han reunido a gatos, conejos o pájaros.

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El origen de esta tradición tan arraigada está en San Antonio Abad, un monje ermitaño egipcio que nació en el año 250, hijo de acaudalados campesinos, repartió su herencia entre los pobres y se retiró al desierto.

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Cuenta la leyenda que un cerdo salvaje decidió acompañarle toda su vida, una vez que el Santo le otorgó el milagro de devolverles la vista a sus jabatos. Por eso estamos acostumbrados a una representación de San Antón con un cerdo domado a sus pies, una imagen que le convierte en el protector de los animales. Se cree que la tradición del cerdo de San Antón se remonta al menos a la Edad Media, ya que era costumbre de hospitales y hospederías soltar sus animales para que pastasen libremente por los alrededores. Para evitar que cualquier desalmado los robase, era habitual ponerlos bajo la tutela del Santo.

Desde mediados del siglo XVIII, la festividad se celebra en nuestro país con populares romerías que invitan a salir a la calle, encender hogueras, organizar mercados y, por supuesto, desfiles de animales y peregrinajes para la bendición o asistencia a celebraciones religiosas. Según manda la tradición, una vez bendecido el animal, el dueño recibe un panecillo o bollo del Santo.