Universidad-Junta 2018. Recuperar la complicidad social

Ciudad Real

Hace un par de años se celebraban 30 de la creación de la UCLM. Y, como ocurre por ejemplo con la Constitución Española, necesita ser revisada. La universidad ha ido en este tiempo adecuando su actividad a los cambios normativos, a las fluctuaciones económicas, a las tecnologías que ya no deberíamos calificar de nuevas, en fin creciendo al ritmo de los tiempos, de las nuevas demandas formativas y de las nuevas realidades.

Revisar el objetivo

Sin embargo, la realidad de este casi fin de la segunda década del siglo XXI dista mucho de ser la de la casi recién iniciada penúltima década del siglo XX. Ayer, 1985, crear la universidad era el objetivo claro, el único, decíamos que éramos la “única comunidad autónoma pluriprovincial sin universidad” y eso era bastante; aunque sin olvidar la referencia a la calidad. Hoy, 2018, el desarrollo social y económico, el aumento de la movilidad de las personas, la presencia creciente de las universidades privadas y los cambios sociológicos y demográficos, hacen necesario, al menos, revisar el objetivo.

Ayer como hoy nadie duda del valor de las universidades como los instrumentos de que dispone la sociedad para promover el conocimiento, la cultura, la formación, y su difusión y divulgación; eso que denominamos el motor de desarrollo. Más aún, hay una relación directa entre inversión en conocimiento y desarrollo social que en regiones como la nuestra, sin excesivos recursos naturales, hace más imprescindibles las instituciones con capacidad para investigar. Y aquí, la universidad regional vuelve a ser el primer activo.

Recuperar el apoyo ciudadano

Ayer la complicidad social con la creación de la UCLM era evidente; hoy, pasados los entusiasmos iniciales y con más de 30 de vida, debería recuperarse el apoyo ciudadano. Pero como ocurrió con la llegada del sistema democrático, o con la antedicha constitución, el apoyo de los ciudadanos, la complicidad no se necesita para la complacencia sino para la actualización, para la definición de una nueva estrategia en el caso de la universidad.

Ayer la Junta de Comunidades lideró la creación de la universidad. Hoy, afortunadamente, hay muchos más actores. Todos con sus capacidades, todos con sus competencias, todos con sus responsabilidades. Para la creación de una nueva titulación la legislación requiere el acuerdo de los tres Consejos -el Consejo Social de la Universidad, el Consejo de Gobierno de la Universidad y el Consejo de Gobierno de la Junta- situando la iniciativa en la universidad o en el gobierno regional. La legislación en algunas ocasiones indica bien los caminos a seguir.

Las respuestas al reto del futuro de la UCLM necesitan, como en su primer momento, trabajo, apoyos, ideas, debate,…y complicidad social.

No hay fórmulas mágicas, no hay modelos importados; la suma de conocimientos, la luz que genera el contraste de opiniones, crean realidades que el paso de los años, como ocurrió a partir de 1985, asientan y perfilan, ajustan y mejoran.

¡Una atractiva tarea para 2018!