El Festival de Jóvenes Realizadores se desparrama por el calendario y adelanta su edición a abril

Granada

El Festival Internacional de Jóvenes Realizadores de Granada cambiará de fecha y, tras recuperarse el pasado noviembre después de un año de ausencia, se celebrará, en su vigésimo cuarta edición, entre el 10 y el 15 de abril de 2018, teniendo además una cita con los amantes del cine cada mes en el Centro Lorca, a partir de este mismo enero.

Las novedades en torno a este proyecto fueron adelantadas en Fitur, en el marco de la presentación del programa 'Granada, ciudad de festivales', organizado por el Ayuntamiento de la capital granadina.

En palabras del alcalde de Granada, Francisco Cuenca, el Festival Internacional de Jóvenes Realizadores es "una cita pionera e ineludible en el sur de España".

Se trata de "un certamen que se ha marcado el objetivo de ser dinámico, diverso, joven y de alta calidad", señaló Francisco Cuenca en un acto en que también intervino el director del festival, José Luis Chacón, que repite al frente en esta nueva etapa, trabajando para contar de nuevo con "la presencia de prometedores cineastas españoles y proyectar largometrajes premiados en los grandes festivales de cine de todo el mundo", según ha informado la organización en una nota de prensa.

Como novedad, con el fin de consolidarse en el calendario cultural de la ciudad y enriquecer su oferta cinematográfica, el festival granadino se extiende al resto del año con una sesión mensual en el Centro Federico García Lorca. Así, este jueves 25 de enero, a las 20,00 horas, se podrá ver el documental 'Caballo de viento', dirigido por Moisés Salama, quien acudirá a presentarlo junto a su protagonista, Fernando Fernández de Castro. La entrada es gratuita hasta completar aforo.

'CABALLO DE VIENTO'

En el filme de Moisés Salama, se cuenta la historia de Nando, quien, a sus 70 años, está seriamente enfermo, y atraviesa un "momento crítico que sirve de catalizador para un relato biográfico que alterna la crónica del presente con la rememoración del pasado".

Desde su retomada actividad política a raíz del movimiento 15-M a su activismo ácrata durante las revueltas estudiantiles antifranquistas, y tras su exilio en Francia, y etapas de adicción a la heroína, Nando ha llegado a "su actual compromiso con la práctica de la meditación budista", en lo que la crítica ha considerado "un retrato insurgente de una persona extraordinaria".