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CurioSERando: "Los Carros, la laguna olvidada"

La laguna de los Carros es un humedal compartido por Alcázar de San Juan y el municipio toledano de Quero. Es, por suerte o por desgracia, una de las lagunas menos conocidas del entorno y un santuario para varias especies de plantas y animales.

CurioSERando: Los carros, la laguna olvidada

CurioSERando: Los carros, la laguna olvidada

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Alcázar de San Juan

La laguna de los Carros es un humedal compartido por Alcázar de San Juan y el municipio toledano de Quero. Considerada como microrreserva dentro de la Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda, es por suerte o por desgracia una de las lagunas menos conocidas del entorno. Es, además, un santuario para varias especies de plantas y animales. Tres entregas serán las que se hagan sobre esta laguna, además de ser uno de los próximos destinos de #SerFelices. Y bien que merece la pena.

¿Dónde se ubica exactamente la laguna de Los Carros?

Se trata de un humedal que comparte términos municipales de Quero y Alcázar. Se puede llegar desde varios caminos. Si venimos de Quero, nos dirigimos hacia la depuradora y bajamos por el carril de la Hoya de Quero, que discurre casi en paralelo a la Cañada Real Soriana Oriental. No nos desviamos y en un cruce de caminos indicado, bajamos por un carril llamado de la Laguna de Franco, que es como también se conoce por su uso cinegético durante la dictadura. Si vamos desde Alcázar, deberíamos subir por el conocido como Camino de Piédrola, a buen seguro utilizado históricamente por los habitantes de la comarca como vía de comunicaciones o para el movimiento de ganado en dirección a la Cañada Real. Una ruta especialmente interesante en varios momentos del año, para ver sobre todo la evolución del paisaje del entorno.

¿Es una laguna joven?

Las lagunas manchegas son un poco como los vinos, hay que ver las añadas para determinar sus características. En este caso, la laguna de Los Carros es de las más jóvenes dentro de La Mancha Húmeda. No tiene más de 5 millones de años y menos de 3,5 (anteayer en geología), por lo que es una laguna joven formada durante el Plioceno. A groso modo, se forma por deposición del agua y materiales excavando en el suelo, de tipo calizo. Se entiende esta cavidad dentro del contexto de la zona, conocida como Hoya de Quero, que no es más que una hondonada que comienza por un pequeño frente a modo de cerro (San Cristóbal) muy rico en yesos, idénticos a los que se acumulan en la laguna y con uso industrial en la localidad de Quero como material de construcción. Los materiales de roca caliza del entorno permiten ver pequeñas cuevas utilizadas por pastores, y se mezclan espartos mediterráneos con los propios manchegos.

Riella helicophylla / Santos Cirujano

¿Cuál es el valor botánico de esta laguna?

La vegetación acuática es la que la hace única, y es el paradigma de la adaptación al humedal salino manchego. En Los Carros existe una población singular de una hepática (un musgo) llamado Riella helicophylla. Una especie amenazada que emite sus esporas antes de tiempo y necesita de la participación de las aves para propagarse. Requieren de cierta profundidad de agua (en torno a 20-30 centímetros), algo de frío y no excesiva salinidad. Al no soportar la contaminación, es de las primeras especies en brotar, de forma que evite la contaminación (por ejemplo, por la actividad de las aves en la laguna) y que las esporas, a modo de bola con pinchos microscópica, se fije a las patas de las aves. Todo esto hace que las condiciones ideales para observarla, sea a finales de invierno o principios de primavera, siempre que exista suficiente agua. Y si no, pueden resistir lustros hasta encontrar dichas condiciones. Junto a la ovita, como se conoce a este musgo, aparecen otras plantas acuáticas de interés. Y no menos interesantes son las praderas y agrupaciones de plantas adaptadas a las condiciones de salinidad de la laguna, que conforman hábitats muy especiales para otros animales.

Deleproctophylla dusmeti / Pablo Pichaco

¿Por qué se puede considerar a Los Carros como a un santuario?

Las imágenes aéreas que se proponen para esta sección muestran que la laguna ha sido cultivada hasta prácticamente la orilla, aunque no en todo su perímetro. La rotación de cultivos tradicional como el barbecho está permitiendo la recuperación paralela de especies de insectos únicos en la Península. Es el caso de la Deleproctophylla dusmeti, un neuróptero (similares a las libélulas) que aprovechan dichas rotaciones para regenerar sus efectivos. Vuelan bajo escasos días del mes de junio, ascendiendo algunos metros hasta mediados del verano, cuando mueren y completan su ciclo anual. Son unas excepcionales depredadoras, capaces de cernirse en el aire, girar, cazar boca abajo o volar de espaldas. El año pasado se publicó sobre esta especie y de su abundancia en la laguna de Los Carros. Sin lugar a dudas, un atractivo más para visitarla.

Cephalota dulcinea / Pablo Pichaco

¿Alguna especie más?

Se da un caso particular en Los Carros con los escarabajos tigre. Mientras que en otras lagunas puede haber varias especies (2-3 hasta 7), en este caso sólo vive una especie, la endémica de La Mancha Cephalota dulcinea, que tal vez ha conquistado frente a otras especies cercanas este ecosistema. Es un buen sitio para intentar conocer cómo se dispersaron estos escarabajos a lo largo de los humedales salinos de La Mancha. Todo esto es sólo un pequeño porcentaje de lo que suele contar de esta laguna, tan desconocida incluso por nosotros mismos que en las webs de turismo de naturaleza confunden a esta laguna con otras de alta montaña que no tienen nada que ver ¿Has detectado alguna diferencia?

 
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