Este equipo es otra historia

Gijón

Después de cinco meses escuchando en vano que el Sporting estaba encontrando el camino, parece que ya no va de farol. Rubén Baraja ha sabido corregir la anarquía que se encontró a su llegada y ha creado un conjunto sobrio, solvente, que es capaz de dominar los partidos, no sufrir, crear ocasiones y convertir El Molinón en un fortín. Ante el Nástic el Sporting consiguió otra victoria holgada, que le permite acercarse al playoff y afrontar con ánimos renovados el derbi de la próxima semana.

El partido fue otra demostración de lo que ya venía apuntando el equipo gijonés desde el cambio de rumbo. Alguien podrá decir que los equipos que han visitado el estadio gijonés no han sido precisamente los mejores de la categoría, pero ante eso se puede replicar con dos argumentos: antes contra rivales similares el equipo las pasabas canutas y, además, algo tendrá que ver la mejora del Sporting en el flojo nivel de los rivales.

Lo único que se le puede reprochar al conjunto gijonés de este partido fue cierta falta de puntería, porque méritos hizo más que de sobra para lograr una victoria aún más abultada. Los primeros veinte minutos de partido fueron un derroche ofensivo del Sporting, con permanentes llegadas al área catalana que no se materializaron en goles por los pelos. Castro y Santos no acabaron de afinar el punto de mira y sus disparos se marchaban siempre cerca del palo.

Santos nunca falla

Bajó el Sporting la intensidad en el tramo final de la primera parte, pero hay un futbolista en este equipo que no se relaja ni cuando se echa a dormir. Tuvo que ser él, Michael Santos, quien lograra un gol balsámico cuando ya pasaba minuto y medio del 45. El pase de Sergio Álvarez a la espalda de la defensa fue de gran ayuda, pero la definición de Santos, picándola por encima del portero, fue de gran delantero. Doce goles lleva un futbolista que se ha convertido en la gran referencia de este Sporting.

Ampliar

No tuvo capacidad de reacción en ningún momento el Nástic. Y menos cuando Rubén García marcaba el segundo, aprovechando el rechazo de una gran parada de Dimitrievski a un disparo de Jony.

El trabajo estaba hecho y, aunque tuvo ocasiones para ampliar la ventaja, el Sporting pudo permitirse el lujo de refrescar el ataque y reservar para el derbi a Santos, Jony y Carlos Castro. Ahora, reforzado futbolística y anímicamente, el Sporting afronta un derbi que, en la primera vuelta, dio alas al Oviedo e inició el hundimiento rojiblanco. ¿Ocurrirá lo mismo pero al revés este domingo?