Ni ataca... ni defiende

Valladolid

El Valladolid decepcionó a lo grande en su visita a Granada, ya que no tuvo ni una opción de ganar el partido, pues no llegó durante 90 minutos a disparar a portería, convirtiendo al portero rival una vez más esta campaña, en un espectador de lujo, en este caso a Javi Varas.

El choque comenzó con claro dominio local y con el Valladolid aguantando las acometidas del Granada, aunque es verdad que no se traducían en peligro claro para la puerta de Masip. Los minutos fueron pasando y el conjunto blanquivioleta fue igualando la posesión y equilibrando el partido, pero tampoco fabricaba nada más allá de la zona de tres cuartos donde su juego moría ante la presión nazarí.

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Para colmo de males este equipo remozado de Luis César que se supone que defiende más, comete errores de bulto como el que provocó el gol del Granada. Balón centrado desde la derecha y la entrada de Machís por la banda izquierda descubre las vergüenzas de Antoñito, que bajaba por el carril central en lugar de por su banda, lo que provocó que el venezolano rematara a placer, totalmente sólo, y anotase el gol en el minuto 27.

Cualquiera esperaría una reacción de rabia, de dolor en el Valladolid, pero nada más lejos de la realidad. Los minutos pasaban y nuevamente el herido se desangraba sin remedio. 45 minutos desperdiciados por un equipo que ahora ya ni ataca ni defiende, lo que es muy grave a estas alturas de la película.

La segunda mitad ya no podía ser peor, y al Pucela sólo le quedaba mejorar. Lo hizo y Óscar Plano tuvo dos remates que no fueron a puerta en los primeros compases. Eso y un balón de Mata a la salida de un córner que neutralizó Víctor, fueron todos los peligros que consiguió hacer el equipo visitante. Ni Ontiveros que salió en la segunda entrega le pudo poner remedio. De nuevo se escapa la opción de haber hecho algo importante, pero con esta actitud fuera de casa es difícil que un equipo logre ascender. La derrota deja una decepción importante, ya que nunca dio la sensación de que se pudiera remontar el partido.

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