La investigación científica busca mujeres que la lideren

Desde Madame Curie hasta Ángeles Alvariño, los nombres de las miles de mujeres que han conseguido con éxito dedicarse a la investigación científica han tenido y tienen un doble mérito. El primero, el de la propia investigación científica, pero por otro lado el de desarrollarlo en una sociedad que todavía hoy sigue penalizando la presencia de mujeres en el ámbito científico. Y es que aunque parezca mentira todavía son muy pocas las mujeres que lideran equipos de investigación y que acceden a cátedras o dirigen departamentos de investigación tanto en la Universidad, como en el ámbito privado.

Belén Rubio es una de las pocas que lo ha conseguido. No sólo es decana de la facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Vigo, sino que todo su equipo está formado por mujeres. Bromea asegurando que incluso llegó a buscar hombres para incorporar a su equipo, pero que finalmente no fue posible, aunque sí que reconoce que las mujeres tienen en muchos casos unas cualidades específicas para desarrollar este tipo de trabajos, llevando a la realidad el dicho de que ”la paciencia es la madre de la ciencia”. Sí que reconoce que el trabajo científico tiene una parte de observación y análisis en la que la paciencia es una herramienta fundamental, pero también otra de recogida de muestras en la que hay que salir del laboratorio y bajar al terreno, muchas veces en condiciones que “para una mujer pueden ser más duras que para un hombre”. 

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Así y todo, asegura que a pesar de tener unas cualidades fantásticas para la ciencia, las mujeres todavía arrastran las cadenas de la maternidad, un problema que impide, sobre todo que las mujeres puedan llegar a ocupar puestos de responsabilidad en la comunidad científica ya que la baja por maternidad puede suponer que un proyecto se quede paralizado temporalmente y  compara esa situación con cuando los hombres tenían que hacer la mili y sabían que durante un año tenían que dejarlo todo para ir a cumplir con el servicio militar. No obstante, aquello tuvo más fácil solución que esto.

No en vano uno de los ámbitos científicos en los que más difícil ha sido la integración de las mujeres ha sido en el de la Oceanografía, en donde muchas mujeres apasionadas de la ciencia irrumpieron en un mundo reservado exclusivamente para los hombres como es el de la pesca para embarcarse con ellos en campañas que duraban meses en alta mar conviviendo en barcos que no estaban construidos para alojar mujeres. Hoy, sin embargo, el Instituto español de Oceanografía en Vigo está dirigido por una mujer, Victoria Besada que es perfectamente consciente de que la igualdad llegará de la mano de la educación. Por eso, el IEO ha estado impartiendo charlas en las últimas semanas en los distintos colegios e institutos del área de Vigo en las que han estado intentando explicar a las nuevas generaciones el potencial de la mujer en el ámbito científico, igual o incluso superior en muchos casos al de los hombres.

En el horizonte siempre la referencia de algunas pioneras, como Ángeles Alvariño, que desafiaron a las normas sociales, abriendo un camino que ahora toca ensanchar. De hecho, Alvariño hoy da nombre a uno de los buques oceanográficos más modernos de la flota del IEO y Victoria Besada reconoce que “ella lo tuvo mucho más difícil que nosotras, aunque tuvo la suerte detener un marido que siempre la apoyó y trató de facilitarle las cosas al máximo” en una sociedad en la que las mujeres todavía necesitaban legalmente permiso de sus maridos incluso para abrirse una cuenta en el banco.

Además de las charlas organizadas por el IEO, con motivo del día internacional del acceso de las mujeres y las niñas a la ciencia, la Universidad de Vigo inaugurará el próximo jueves, 15 de febrero, en su campus de Vigo, una exposición recordando la vida de 13 mujeres científicas entre las que están la propia Alvariño, pero también otros nombres como el de Antonia Ferrín o Aída Fernández. Mujeres que tuvieron que sacrificar mucho pir la ciencia, llegando incluso en algún caso, a vestirse y hacerse pasar por un hombre para poder estudiar una carrera universitaria. Una exposición desarrollada en colaboración con el departamento de igualdad de la Universidad y en la que se desarrollarán los perfiles personales y profesionales de estas trece pioneras.