Golpe de autoestima para Salzburgo

San Sebastián

Autoestima, moral, sensaciones. De golpe y porrazo, la Real Sociedad gana tres aspectos vitales para encarar con garantías la vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League. Es lo que le dan los tres goles que le ha marcado a un Levante que ha completado en Anoeta su peor partido de la temporada. A pesar de ello, Muñiz seguirá siendo el entrenador levantinista la próxima jornada. Triunfo claro y cómodo de una Real que ahuyenta fantasmas del pasado mientras se centra en Salzburgo.

La Real salió enrabietada, sin dejar ni un solo resquicio para las dudas tras unos últimos resultados que le habían dejado muy tocado. Era impepinable la victoria, porque podía meterse en apuros en la tabla, así que estaban muy concienciados los jugadores realistas. Lo mismo de enchufados tenían que haber salido los jugadores del Levante, pero fue todo lo contrario. El Levante estuvo desconectado y siempre a merced de lo que quiso la Real. Puede que ello influyera el penalti riguroso que señaló Jaime Latre a los diez minutos del partido. Agirretxe, que volvía a ser titular dos años y dos meses después, provocaba ese penalti al ser agarrado por Lukic dentro del área. El de Usurbil, una de las mejores noticias del partido, aportaba desde el principio.

Xabi Prieto se encargaba de marcar la pena máxima, con la mala suerte de que se lesionaba en el momento del lanzamiento. Muy mala noticia, porque sufre un pinchazo en el aductor de su pierna derecha, por lo que que está casi descartado para el partido europeo del jueves. Canales ocupaba su sitio, y el cántabro destapó el tarro de las esencias en cada una de sus acciones. Primero, se inventó una jugada personal maravillosa para servir a la cabeza de de Juanmi el 2-0. Y ya en la segunda parte, hacía magia dentro del área. Se levantaba tras caerse al controlar un balón, hacia una slalom con las dos pierdas, y marcaba de fuerte disparo cruzado. Un golazo que vale tres picas. Estaba on fire Canales.

Mientras tanto, el Levante cambiaba cosas, metía gente de refresco, para intentar meterse en el partido, pero de nada servía. Seguía a merced de una Real que le pasaba literalmente por encima. Y solo cuando los realistas bajaron un poco su intensidad, el Levante se acercó a la puerta de Rulli. Eusebio aprovechó para hacer cambios pensando en dar descanso a sus jugadores para Salzburgo, con el único aliciente final de intentar que Agirretxe marcara por fin dos años después. No pudo, por más que le buscaron sus compañeros. Hubiera sido el broche de oro a un partido que sirve para que la Real recobre moral de cara a seguir vivo en Europa.