Sociedad
LA COLUMNA DE JUAN MIGUEL ALONSO

Papel couché

(...) Triana, nuestra Triana, ha encontrado el amor en el talego, y ya comparte pasión y deseo con su galán rumano, que se llama, como no podía ser de otro modo, Romeo, Romeo Chelaru. De profesión, sus palos. Qué fuerte, tía (...)

La onda incendiada

La onda incendiada

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León

Hastiado del carnaval político de cada día, se refugia este pobrecito hablador provisionalmente en las cátedras del papel couché y los Sálvame que llamándose de Luxe no dejan de ser de un ordinario excelso.

Lo hago llevado por la natural curiosidad que adorna al intelectual provincial y, por qué no reconocerlo, por las ascuas inflamadas que deja siempre a su paso San Valentín.

Es esta de la coyunda y el galaneo una cuestión no menor que, a menudo, ha sido injustamente despreciada por la altiva mirada del erudito, dejándose en manos de Jorge Javieres y María Teresas que han visto muy bien la profundidad del asunto y el fervor popular que desatan los misterios de alcoba. Nada como una bronca conyugal entre marqueses o un buen polvo interestelar para despertar el apetito cognitivo del vulgo.

Tengo para mí que el éxito de esta materia tiene que ver tanto con la universalidad de la cuestión ( la de la jodienda, quiero decir) como con la capacidad narrativa de este chismorreo morboso y vano. Es la cosa del corazón la nueva literatura popular, vestida con ropajes de alta definición y salpimentada con el pícaro descaro de quien abre su corazón y su entrepierna a la audiencia . Y su éxito es arrollador. Ahí está en las radios , en los prime time televisivos y en las páginas de los periódicos serios serios.

Para muestra dos botones que me han conmovido esta semana: Triana, nuestra Triana, ha encontrado el amor en el talego, y ya comparte pasión y deseo con su galán rumano, que se llama , como no podía ser de otro modo, Romeo, Romeo Chelaru. De profesión, sus palos. Qué fuerte, tía.

El segundo tiene que ver la restricción que el Rey, nuestro señor, ha impuesto al tráfico telefónico entre su madre, la Reina griega, y el viudo de la Duquesa de Alba. Dicen los hermeneutas del lance que ahí estaba naciendo una tierna amistad. Así que el monarca se ha visto obligado a intervenir con otro 155, sin piedad, antes de que la cosa fuera a mayores. Como si con lo del papá no fuera suficiente.

Pablo F. Bodega

Redactor de Radio León

 
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