Invierno en Ibiza

PALMA

La revista Ronda Iberia, que como su propio nombre indica está publicada por dicha compañía aérea, nombró hace treinta años a una directora.

Con el impulso del cargo recién estrenado, a la flamante directora se le ocurrió proponer un reportaje sobre el invierno en Ibiza.

Si el planteamiento ya era arriesgado, se adentraba en lo irresponsable al encargarme la redacción de la crónica.

Así descubrí científicamente la Ibiza invernal de los años ochenta, un gigantesco escenario sin espectadores.

La leyenda de Balears se basa en que las islas no tienen invierno, George Sand y Chopin fueron las primeras víctimas del shock invernal.

En estos treinta años se ha multiplicado en Balears la desmesura del verano, que desde luego no se cura poniendo el invierno a la misma altura.

Como dice Vicente Valero, quizás el mejor biógrafo de la Ibiza contemporánea: “Si no fuera por el invierno, sería un horror la perspectiva de vivir en Ibiza”.

Me cuesta ser tan rotundo, incluso desde el pesimismo.

Ahora bien, el último rincón de la identidad a preservar de Balears se esconde donde o cuando nadie se atrevería a ir a buscarla. En invierno.