Miguel Rodríguez: "Es una satisfacción a nivel personal pero también como linense"

Algeciras

Miguel Rodríguez esperaba la llamada del programa a las 12:30 en Suiza, donde se encuentra en estos últimos días trabajando. Hacía tiempo que teníamos ganas de entrevistar a este hombre "hecho a sí mismo", como lo definen quienes le conocen, que con 16 años se marchó a Barcelona para buscarse la vida, "lo pasé muy mal durante aquellos 3 años". Una vida que no fue fácil, ni para él ni para su madre, nunca conoció a sus abuelos que, como nos contaba hace unos días Juan Moriche, fueron asesinados en la Sauceda, en el cortijo del Marrufo, durante los años de la guerra. "Yo leí un domingo en El País un artículo sobre el tema del Marrufo y la Sauceda, y como a mi de pequeño mi abuela me había comentado lo ocurrido en la Sauceda, yo no tuve el privilegio, como cualquier niño de conocer a sus abuelos, ni por prate de padre ni por parte de madre, hablé con el periodista Paco Lobatón que me puso en contacto con un historiador, con Moriche y sus comopañeros (Foro por la Memoria del Campo de Gibrtaltar). Yo lo que nunca me habría imaginado es que allí iba a encontrar los restos de mi abuelo y de su madre". Gracias a su colaboración se pudo trabajar en el Marrufo, arreglar el cementerio y crear la Casa de la Memoria en Jimena.

Miguel Rodríguez conoció hace años a Sor Magdalena, una Hermana de la Caridad que en los tiempos duros del SIDA creó el Hogar Marillac, un lugar en el que los efermos encontrarían calor y atención lejos del abandono de la calle al que muchos se veían sometidos. Sor Magdalena fue, junto a otros muchos colectivos, una entusiasta peticionaria de la Medalla de Andalucía para el empresario. "La propia presidenta de la Junta cuando me llamó -cuenta Miguel- me dijo que nunca había visto tanto apoyo, hasta de la Iglesia te apoya Miguel"

Miguel Rodríguez entiende que en el mundo de las ONG's hay dos divisiones, por un lado, como él dice, "están las que juegan en la Champion League, en las que viste mucho participar, y luego están las que juegan en tercera división. En estas otras organizaciones nadie presume de que colabora ni nadie dice que su familiar está ahí. Es el caso del Hogar Marillac, donde están los enfermos del SIDA. Por eso siento una gran admiración por Sor Magdalena y Sor Joaquina que además llevan adelante otro centro, Contigo, que cubre las carencias de 130 niños de mi pueblo". Miguel Rodríguez desde entonces colabora con el trabajo de estas hermanas en la ciudad.

El empresario nos ha contado el secreto del éxito, "trabajar, trabajar, trabajar y trabajar. Yo creo que merecería más la Medalla al Trabajo que la que me van a dar. Yo he dormido durante años en la bañera del hotel porque si me acostaba en la cama no me iba a levantar". El empresario nos ha contado lo que ha llegado a viajar en una semana y hemos terminado cansados solo de oir los vuelos que tomaba para realizar su trabajo "y poder estar junto a mis hijos el fin de semana". Miguel sabe que tiene medios suficientes para no tener que seguir trabajando "pero para mi el trabajo es como un juego, me divierto mucho. Soy un adicto al trabajo porque no me gustan la mayoría de las cosas que le gusta a los demás", reconoce que una de esas cosas es el fútbol "aunque he colaborado y colaboro con la Balona, más que nada porque el equipo es un símbolo de mi pueblo". El 28 de febrero La Línea estará orgullosa de que su Hijo Predilecto reciba la Medalla de Andalucía. ¡Felicidades!