Sociedad

CurioSERando: "Pulgas y genes"

Estas lluvias vienen muy bien a la Mancha Húmeda, también a La Veguilla, habitada por unos seres mitad mitológicos mitad extraordinarios, a los que alguien tuvo la mala idea de llamar pulgas de agua

Pablo Pichaco / Cadena SER

Alcázar de San Juan

Parece que estos días predicen lluvias generalizadas por toda la Península. Es muy socorrido decir “esto le viene bien al campo”. Como también les viene bien a los sistemas de lagunas que tenemos en La Mancha.

CurioSERando: pulgas y genes (27/02/2018)

11:24

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Un caso es el de la laguna de La Veguilla, habitada por unos seres mitológicos y extraordinarios, a los que alguien tuvo la mala idea de llamar pulgas de agua. En CurioSERando, damos el pistoletazo de salida para conocer a estos bichos, únicos en el planeta. 

 ¿Quiénes son estas pulgas?

Se trata de un género de crustáceos llamados Daphnia o dafnias. Habitan lagunas como es el caso de La Veguilla, charcas por lo general de agua dulce e incluso antes era frecuente encontrarlas en pequeños charcos con aguas más o menos limpias. Su término pulga de agua hace referencia a su pequeño tamaño y a los “saltos” que parece realizar cuando están nadando, pero ni pican ni son vectores de enfermedades para los seres humanos. Se alimenta de pequeñas algas unicelulares y todo lo que sean capaces de filtrar en su escasa semana de vida. Una semana de vida que es muy complicada y por lo que han de adaptarse a toda costa. Esta lluvia que viene provocará una explosión -si el agua está en condiciones- de sus poblaciones, y con ello una mejora del ecosistema lagunar.

¿Y su nombre es mitológico?

Daphnia, en honor a Daphne, una ninfa vírgen según la mitología griega o también ninfa de los árboles. Andaba ella pizpireta y despreocupada por los montes cazando cervatillos. Leucipo, el hijo de un rey, se enamoró de Daphne, la cual no le hacía ni caso por su alegre actividad cinegética. Decidió dejarse melena y pasar como una de sus acompañantes. El Dios Apolo, también enamorado de la ninfa, sintió celos, provocando un pequeño cambio climático para que Dafne y sus amigas se bañasen en el río. Leucipo tuvo que quitarse la ropa y cuando vieron el asunto, mataron a cuchilladas a Leucipo. Entra ahora el Dios Eros (imaginadlo como Cupido). Apolo tenía celos porque Eros le había lanzado una flecha para que se enamorara de Daphne (todo porque Apolo se reía de la puntería de Eros y de su estridente voz al cantar). A Daphne le lanza una flecha con punta de plomo (para provocar desprecio) y el enamorado y la ninfa salen corriendo por el campo. Daphne llega a su padre, exhausta, para que le libre de Apolo, y la solución es convertirla en un laurel, que eso es lo que significa Daphne en griego.

Daphia / Pablo Pichaco

¿Cómo son?

Son crustáceos. Pequeñas “gambas” de entre 0,3 y 4,6 milímetros (las hembras de mucho mayor tamaño). Poseen un caparazón de dos valvas (bivalvos) y pertenecen a la familia de los branquiópodos (una especie de pie o antenita en la cabeza que tienen una lámina con una branquia para respirar). Tienen un gran ojo resultado de fusionar dos ojos, y otro más pequeño que lo conservan de su etapa larvaria. Externamente parecen unos fantasmitas translúcidos, en los que se ven todas sus estructuras internas: corazón, esófago, etc. Y en el caso de las hembras una cámara incubadora que va a ser ocupadas por huevos sexuales o asexuales, según se den las condiciones. Entran aquí las habilidades extraordinarias de estos seres: son capaces de detectar cambios mínimos en las condiciones del hábitat para buscar una estrategia con la que perpetuar la especie. Partiendo de una hembra, podríamos obtener casi 5 millones de clones de ésta en un solo mes en cinco generaciones. Aunque tal vez no es lo deseado.

¿Qué las hace seres extraordinarios?

Las pulgas de agua rebaten cualquier teoría que aún exista de que el hombre sea el centro del universo. 23000 genes son los que un ser humano porta en su genoma -una cifra nada desdeñable-, pero no alcanza los más de 31000 genes de la especie Daphnia pulex (como la que tenemos en Alcázar). Es el animal con más genes que se conoce sobre la faz de la Tierra. ¿Cómo es posible que ese crustáceo necesite tantísimos genes? En parte, es una incógnita, aunque los tiros van por su excepcional capacidad de adaptación a los cambios en el ambiente, prácticamente prediciendo qué va a ocurrir en una laguna (un vertido tóxico, un aumento o disminución de temperatura, escasez poblacional… cientos de parámetros posibles).

Para ello puede seguir dos estrategias de reproducción: K y R. La letra K proviene del alemán Kapazitätsgrenze (límite de capacidad) y la R del inglés rate (índice o tasa). Un estratega K (el hombre, el elefante, o los osos panda) invierten muchos recursos en su descendencia, que tienen una alta tasa de supervivencia, mientras que los estrategas R (pequeños roedores, insectos, muchas plantas, etc.) producen muchos descendientes a sabiendas que pocos de ellos completarán su ciclo. Las Daphnias son capaces de seguir las dos estrategias según vean el estado de su hábitat. La estrategia r, la de muchos descendientes, la hacen a partir de hembras cuyas células reproductoras forman un nuevo individuo sin ser fecundadas. No necesitan de los machos. Pueden salir millones de dafnias en un mes. ¿Es esto positivo? Siempre para casos puntuales, pero no existe una mezcla de genes necesarios a largo plazo quizá para perpetuar a la especie (es necesario un flujo genético). Aquí llega la estrategia K. Las hembras pueden ser fecundadas por machos y en esa cámara incubadora se originan un par de huevos envueltos en una vaina, con un plus de recursos porque pueden pasar meses o años hasta que eclosionen (Según las condiciones que se tengan que dar en las lagunas). Son huevos durables, dentro del efipio ¿Qué se aseguran así? Que en su descendencia exista algún individuo que pueda adaptarse a unas condiciones a las que el resto no lo pueda hacer. De ahí la cantidad de genes que tienen estos animales. Un amplio abanico de posibilidades de perpetuar la especie.

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