"La trufa puede ser una buena oportunidad para crear vida y desarrollo en los pueblos"

Guadalajara

Aprovechar la trufa negra como recurso económico, turístico y gastronómico. Es el objetivo que se marcó hace varios años Loreto Palafox, gerente de la empresa Trufa Zero, ubicada en Cifuentes y dedicada a la producción, transformación y venta de este producto que cada año se cultiva más en la provincia.

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"Nosotros eteníamos cultivos para producción y en un momento apostamos por dar varios pasos más", explica. "Montamos una envasadora en la que tenemos un registro sanitario y garantizamos toda la trazabilidad y así empezamos a transformar el producto para sacarle un mayor rendimiento".

Una posibilidad es adquirir la trufa como tal, pero con algunas peculiaridades. "No tenemos trufas almacenadas. Actuamos a demanda y en 24 horas está disponible el producto, lo que hace que está más fresca. Además, entregamos la trufa limpia de una forma diferente según nos la pide cada cliente", destaca Palafox. De esta forma, han conseguido que la trufa se convierta, además de un ingrediente para restaurantes, en un original regalo gourmet.

Además, elaboran otros productos como quesos, gelés, vinagres o aceites trufados. "Queremos que se pierda el miedo a probar la trufa. Hay gente a la que no le gusta la trufa como tal , pero le encanta un gelé con trufa. Es una forma de empezar a probar el sabor, y el que lo hace se engancha. Además, se pierde también el miedo al precio de la trufa".

En este sentido, Palafox asegura que la trufa no es tan cara. "No hay que cocinarla, hay que usarla acompañando alimentos que cogen un aroma tremendo. Se le puede sacar muchísimo partido y se puede incluir hasta en menús muy baratos".

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Experiencias

Al margen de estos productos, Trufa Zero ofrece también la posibilidad de vivir experiencias relacionadas con la trufa. "La gente puede apuntarse a las visitas que hacemos al campo. Les enseñamos cómo se cogen las trufas con los perros, que es algo que les suele encantar, y luego hacemos una demostración y una degustación para enseñarles cómo pueden utilizarla en casa o en el restaurante".

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Esta posibilidad consigue además otro objetivo. "Es una forma de darle vida a los pueblos. Tenemos un producto magnífico y queremos demostrar que se puede utilizar y convertirse en un buen tirón para los pueblos. Se puede copiar lo que han hecho en Brihuega con la lavanda, que lo han hecho muy bien".