Sociedad
La columna de Ángel Santiago Ramos

Las Humanidades no tienen quien las cuide

(...) Menos mal que aún quedan alumnos y algunos profesores que pelean por algo tan básico como un lugar digno donde seguir estudiando las materias que tratan de las lenguas, la literatura, las artes y el pensamiento de los hombres (...)

La Opinión de Ángel Santiago Ramos

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León

Varias decenas de alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León han protagonizado esta semana un encierro para denunciar el abandono de este centro en el que cursan estudios de grado y master alrededor de 700 universitarios.

El edificio, el primero que se instala en el Campus de Vagazana, en el año 1979, ha padecido el olvido de los últimos tres rectores. Ninguno se ha ocupado de reparar los desperfectos que han ido apareciendo en tejados, fachadas y patios interiores. Y sus equipamientos (mobiliario, equipos informáticos, laboratorios y aulas de cine y música) carecen desde hace dos décadas de una actualización a los nuevos tiempos.

Cosas de la política rectoral, junto a carencias de libro hay sobreabundancias también de libro. Sin oferta en Grado de Estudios Clásicos, hace meses que ésta Facultad de Filosofía y Letras tiene, no uno, sino dos catedráticos de Latín.

A la ausencia de inversiones materiales y en profesorado hay que añadir, que los estudios de Humanidades –en todo el mundo y aquí también– padecen las consecuencias de una enorme crisis provocada por un mercado universitario que se decanta mayoritariamente por las carreras de ingeniería, comercio o las nuevas tecnologías.

Menos mal que aún quedan alumnos y algunos profesores que pelean por algo tan básico como un lugar digno donde seguir estudiando las materias que tratan de las lenguas, la literatura, las artes y el pensamiento de los hombres.

Las presiones han obligado al rector, García Marin, a comprometerse a reparar las goteras de los tejados y a poner equipamientos dignos de este siglo. Sin agitación cultural que lo alimente, sin credibilidad para los compromisos, tosco de maneras, el rector ha evitado, de momento, el ruido en su propia casa.

Si no ponemos remedio, será verdad que llegaremos pronto a la nueva era poshumana

 
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