¿El futuro de la Región de Murcia está en la cabra?

Murcia

Un respeto para la cabra

Tanto hablar de Nuevas Tecnologías, de Investigación, de Turismo, de Agricultura, del Corredor Mediterráneo, y ahora resulta, según nos hemos podido enterar durante estos días, que el futuro de la Región de Murcia está en la cabra.

Como lo oyen, y no es ninguna broma. De momento, países como Irán han apostado por la llamada cabra hispánica, es decir, por la conocida cabra murciano granadina, adquiriendo un total de diez mil animalicos. Y el fenómeno parece querer extenderse a otros países como Emiratos Árabes y Kuwait, cuyos dirigentes, un tanto morbosos, están alucinados con el tamaño de las ubres de nuestra cabra, que tiene leche para dar y vender.

Hace unos días un avión exclusivo partió de Barcelona con mil cabras a bordo. Y que nadie haga ningún chiste de ello: eran auténticas cabras, no gente que estuviera como una cabra después de todo lo que está pasando en ese rincón de España, que es tan español como cualquier otro por mucho que algunos cínicos proclamen lo contrario.

Lo mismo que dije en su día –y se lo dije al defenestrado Roque Ortiz en persona–que me parecía injusta la campaña aquella de “No seas marrano” por ofender al marrano mismo, que es más limpio y curioso de lo que todos pensamos, en esta ocasión, aprovechando la actualidad que ha cobrado la cabra, que ya vuela en avión como si fuera un hombre de negocios, me gustaría que rectificáramos conocidas frases como aquella de “estás como una cabra”, que le aplicamos a quienes se han vuelto locos.

La cabra, ya lo ven, da mucho de sí, al margen de que pueda salvar la economía de una región. Fue, según cuentan, el primer animal domesticado por el hombre –o uno de los primeros-, antes, incluso que lo fuera el perro, al que tanto cariño tenemos. Su leche es muy apreciada y con ella, al menos en esta región, se hacen unos quesos exquisitos, que mezclados con vino han dado como resultado uno de los maridajes más deliciosos y sorprendentes que existen. Es, además, un animal obediente y noble y tiene una mirada tan tierna que no necesita palabras. Por todo lo cual, pido un respeto para la cabra.

Pepe Belmonte