Los vertidos de amianto en el Polígono costaron 12.900 pesetas

Toledo

Ibertubo, la empresa que vertió toneladas de fibrocemento a finales de la década de los 90 en el barrio toledano del Polígono, abonó 12.900 pesetas al Ayuntamiento para obtener la licencia municipal. Además, tuvo que aportar una fianza de 1.600.000 pesetas para garantizar el correcto sellado de los vertederos según la valoración realizada por el ingeniero municipal.

Así aparece reflejado en el acta de la Comisión Municipal de Gobierno del Ayuntamiento de Toledo del 16 de mayo de 1996 siendo Agustín Conde el alcalde de esta capital.

Según el acta, Ibertubo obtuvo licencia para efectuar los vertidos en estas parcelas tras obtener un informe favorable de la Jefatura de la Sección de Salud, Consumo y Medio Ambiente del Ayuntamiento con el visto bueno de la Concejalía de Medio Ambiente. La autorización de los vertidos se concedió por un período de 10 meses bajo una serie de condiciones como “sellar las parcelas utilizadas como depósitos con una capa compactada de tierra vegetal de al menos 1,5 metros de espesor dejando la zona debidamente nivelada”.

Igualmente se comunicó a Ibertubo que no podría verter sacos que hubieran contenido amianto y lodos sedimentados y que “una vez realizada cada descarga de residuo en el depósito, se procederá al tapado del mismo hasta la siguiente campaña de retirada de residuos”. El permiso otorgado a esta empresa se basó en la Ley de Recogida y Tratamiento de los Desechos y Residuos Sólidos Urbanos de 1975 -vigente en 1996- y en las instrucciones de la Dirección General de Desarrollo Industrial de la Consejería de Industria.

Veintidós años después de estos vertidos, el problema continúa.