La fiesta de la Champions en Mestalla

Valencia

Liberado tras el zarpazo Champions del pasado fin de semana en Nervión, el Valencia completó ante el Deportivo Alavés uno de los mejores partidos de la temporada. Con y sin balón. El encuentro concluyó con un 3-1 corto, muy corto para los méritos realizados por el equipo que dirige Marcelino García Toral durante prácticamente noventa minutos.

Los goles fueron asunto de los de casi siempre, de los delanteros. Con mención especial para Simone Zaza. Una asistencia suya al corazón del área posibilitó el 1-0, obra del tobillo prodigioso de Rodrigo. El atacante italiano, con los tacos de la bota y rozando el balón con sutileza, firmó el segundo antes del descanso.

De no ser por la portentosa actuación del guardameta Pacheco, el resultado pudo ser de escándalo. Dos manos abajo tras remate de Zaza, un vuelo a la escuadra para sacar el zapatazo en la primera parte de Parejo, un mano a mano contra Guedes, otro derechazo de Montoya desde la frontal que iba dentro...

El asedio fue tal que Mestalla solo pudo entregarse por completo al desenfreno ante semejante orgía de llegadas. Los cambios de orientación de Kondogbia, la verticalidad de Carlos Soler, el regate eléctrico de Guedes. Cómo sería el asunto que el estadio despidió al grupo entre olés y olas mexicanas. Mayo va a llegar demasiado pronto. A este Valencia, al de esta tarde o el de la pasada semana en Sevilla, querríamos verlo hasta agosto.