Tribunales

Tres años de cárcel por clonar tarjetas de crédito

El hombre clonaba las tarjetas de crédito con las que pagaban los clientes de una gasolinera de Laguna de Duero

Getty Images

Valladolid

La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a tres años de prisión a un hombre, G.L.A.M., por un delito de falsificación de tarjetas de crédito en concurso medial con una estafa, cometidos al copiar diecisiete tarjetas para hacer compras con ellas en distintos establecimientos.

Los hechos por los que se celebró la vista oral, investigados mediante la "operación Mojito", ocurrieron cuando el empleado de una gasolinera -ya condenado con anterioridad por el mismo caso-, copió tarjetas de crédito que le entregaban los clientes para pagar el combustible.

Durante la operación policial, los agentes descubrieron la coincidencia de que los afectados habían acudido a una gasolinera situada entre Laguna de Duero (Valladolid) y la capital vallisoletana, donde se llevaron a cabo las copias de las bandas magnéticas de las tarjetas.

Desde el 21 de marzo de 2009, hasta el 30 de abril del mismo año, el empleado de la estación de servicio copió tarjetas de los clientes con un aparato llamado "skimmer" de pequeñas dimensiones, conectado al datáfono, con el que copiaba los datos de las bandas magnéticas, unos números que almacenaba, mientras devolvía al cliente la tarjeta, sin despertar desconfianza, según sostuvo la acusación pública.

Fueron otros dos hombres, uno de ellos el ahora condenado, G.L.A.M., quienes propusieron el clonado al trabajador de la gasolinera, con el fin de usar después las tarjetas para compras.

G.L.A.M. negó durante el juicio que participara en los hechos, aseguró que "nunca" propuso a otras personas reproducir tarjetas de crédito y que "nunca" usó tarjetas clonadas para comprar.

En la vista oral, varios testigos aseguraron que otro encausado - ya condenado previamente en la misma causa a dos años de cárcel - señaló a G.L.A.M. como participante en la clonación de tarjetas, además de citar a empleadas de un establecimiento comercial, en el que se realizaron pagos con las tarjetas, que reconocieron al encausado.

Uno de los policías que declaró como testigo consideró al ahora condenado como jefe de la banda, "el que llevaba el negocio", y se beneficiaba de los objetos que se compraban con las tarjetas clonadas.

El fiscal había pedido la condena de tres años, a la que ahora ha sido sentenciado el encausado, mientras la defensa había solicitado la absolución y planteado de forma subsidiaria una condena de un año, un mes y veintidós días de prisión, por un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurso medial con un delito de estafa, también con la atenuante de dilaciones indebidas.

Las acusaciones particulares sostuvieron la petición de pena de siete años de prisión, en el caso de la entidad BBVA , y cinco años de cárcel en el de la sociedad de medios de pago que tenía que ver con las tarjetas clonadas.

Por estos hechos fueron condenados un empleado de la gasolinera y otra persona a dos años de cárcel cada uno de ellos, mientras ahora G.L.A.M. ha sido condenado a tres años de prisión.

 
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