Reconoce que vio a los ciclistas de lejos y que había consumido alcohol
Este lunes ha comenzado en los juzgados de Zaragoza el juicio contra el conductor que arrolló mortalmente a dos ciclistas en Botorrita en agosto de 2016

El acusado, de espaldas / Lorena Ruano

Zaragoza
Hoy, lunes, ha comenzado en los juzgados de Zaragoza el juicio contra el conductor que arrolló mortalmente a dos ciclistas en Botorrita en agosto de 2016. El acusado ha reconocido que no los vio y que había consumido alcohol. Se enfrenta a 4 años de prisión y al pago de 600.000 euros en indemnizaciones para los familiares por un delito contra la seguridad vial y dos de homicidio por imprudencia grave.
Ante el juez ha relatado que esa tarde estuvo viendo un concierto en el Monasterio de Veruela y que de allí regresó a Zaragoza donde tomó 6 o 7 cervezas en varios locales. Sobre el resto de la noche poco recuerda, de hecho desde entonces ha ofrecido hasta 3 versiones distintas. Sobre el atropello decía que vio a los ciclistas "de lejos" pero "en el momento del impacto no los vi".
El agente de la Guardia Civil que instruyó el atestado ha indicado que el accidente se produjo en una zona de buena visibilidad y que que los ciclistas iban bien posicionados. Ha señalado también que el acusado desatendía la conducción, lo hacía de forma automática y que la velocidad no era excesiva. Concluía que el grado de alcoholemia a su juicio no era acorde con el "estado de shock" que presentaba. "Estaba como en otro mundo, evadido y, en mi opinión subjetiva, la tasa de alcohol no era como para mostrar ese estado de comportamiento, completamente ajeno y evadido".
Varios testigos han apuntado que el acusado conducía de forma anómala, por los dos carriles de la A23 llegando a chocar con una de las balizas. Después, en la N330, otros ciclistas que circulaban por la misma vía han afirmado que su vehículo invadió el arcén arrollando entonces a Enrique Comín y Alberto Martínez.




