Y eso que ya no se jugaba más que la honra

Valencia

Un Valencia Basket - Real Madrid nunca puede ser un partido descafeinado. Aunque uno de los dos no se juegue nada, como era el caso de los locales, ya sin ninguna opción de clasificarse entre los ocho mejores en esta fase regular de la Euroliga. Cuando el Real Madrid llega a la Fonteta, el orgullo y la casta son más que suficientes para paliar cualquier falta de aliciente clasificatorio. Y eso es lo que pasó durante los cuarenta minutos. Valencia Basket jugó como si le fuera la vida en cada jugada. Quizá no se lo esperaba así el equipo que sí que se jugaba mucho en el envite. Y al final ganó el mejor.

Con Bojan Dubljevic liderando el arranque de partido. Txus Vidorreta le puso en evidencia delante de toda la plantilla en el vestuario por una actitud algo deficiente en Belgrado la semana pasada. Desde ese momento, Dubi fue el mejor el otro día contra Tenerife y uno de los mejores también hoy.

Con San Van Rossom a un nivel excelso en el segundo cuarto y también en el último. Hace nada temimos por su integridad física en un partido de Euroliga contra el Barça poque una ambulancia se lo llevó con extrema urgencia al hospital. El otro día ya participó algunos minutos y hoy ha dirigido al equipo con absoluta maestría. Qué falta hacía un base puro de nivel top. Grande Sami.

Y con Erick Green haciendo de jugón de baloncesto callejero en el tercer cuarto, con Tibor Pleiss atreviéndose hasta con los triples, con Will Thomas como asesino silencioso, con Rafa como casi siempre Rafa, con Guillem Vives entrando también en dinámica, con Sastre, Abalde y Doornekamp aportando su granito de arena. En definitiva, con un equipo con mayúculas sobre el parquet. Ay si de una vez por todas se vacía la enfermería de cara a los playoffs de la Liga ACB. De los playoffs de la Euroliga ya volveremos a hablar la próxima temporada.