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EL ENFOQUE

Sobre la rabieta de Hernández Bento

EL ENFOQUE 22 MARZO

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Santa Cruz de Tenerife

Ha quedado visto para sentencia el juicio por la denuncia presentada por el ex delegado del Gobierno, Enrique Hernández Bento, contra el Partido Popular, representado en el proceso por su presidente, Asier Antona. Se trata de un juicio bastante estrambótico, en el que quien fuera candidato a la Presidencia del PP, denuncia por irregularidades en las primarias al ganador de las mismas, Asier Antona. Conviene recordar que Hernández Bento, que lo fue todo en el PP de la mano de José Manuel Soria, compitió con Antona en las primarias, fracasando morrocotudamente, y que al fracasar abandonó la militancia y protagonizó una chusca operación para convertirse en candidato del partido Ciudadanos, operación que no llegó a materializarse, por prohibición expresa de la dirección central del partido naranja.

Lo que denuncia Hernández Bento es básicamente que Antona contó en su campaña a la Presidencia con el apoyo de la dirección nacional del PP y también de la regional –que él mismo presidía- y que tuvo acceso a las listas de afiliados antes que el resto de los candidatos. Hernández Bento ja denunciado otras irregularidades relativas a que Antona comenzó su campaña antes de abrirse el plazo, o que la duración de la campaña fue reducida de 45 a 30 días para dificultar el trabajo de las otras candidaturas. No sé si si Hernández Bento y su letrado tienen razón en estas denuncias, ni tampoco me parece la cuestión más relevante, aunque si tienen razón y ganan el pleito, le habrán hecho un favor al sistema democrático contribuyendo a su transparencia y limpieza. Lo que me parece es que lo que Hernández Bento denuncia ahora son prácticas frecuentes de todos los partidos, incluso del PP, que sólo ahora, cuando le han perjudicado, parece conocer. Me recuerda lo del comisario de la película ‘Casablanca’, de Michael Curtiz, que ordena una redada tras descubrir que en el bar de Rick hay un casino clandestino –“¡Qué escándalo! ¡AquÍ se juega!”- mientras el croupier le paga sus ganancias…

 
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