Mallorca roza el 70% de ocupación con el 54% de la planta hotelera abierta

Palma de Mallorca

Mallorca tendrá una ocupación del 69 por ciento, con el 54 por ciento de la planta hotelera abierta durante la Semana Santa. Es la previsión que maneja la Federación Hotelera de Mallorca. Es una cifra inferior a la registrada en Semana Santa del año pasado. En 2017, la ocupación fue del 75 por ciento sobre el 60 por ciento de la planta abierta. También hay que tener en cuenta que la Semana Santa este año se ha adelantado 15 días con respecto al ejercicio pasado.

Por zonas, Palma y Sóller son los municipios con las ocupaciones más elevadas, del 90 y 80% respectivamente. Palmanova, por contra, tiene los peores datos con un 43 por ciento de ocupación. En Ibiza, hay abiertos según la patronal unos 80 alojamientos turísticos de los 545 que tiene la isla. Esto representa un 15% del total de la oferta regularizada. Aquí se incluyen desde hoteles, a agroturismos, apartahoteles, pensiones y establecimientos rurales. La ocupación rondará el 70%.

Joan Espina, presidente de la Asociación Hotelera de Palmanova-Magaluf ratifica las cifras de ocupación del 43% que se elevarán hasta el 70 teniendo en cuenta a los viajeros del Imserso. En total hay 32 establecimientos abiertos en la zona, la mitad de la planta. A finales de mayo estará toda la planta en funcionamiento, dice Espina, que lamenta que este año la Semana Santa haya caído tan pronto.

Playa de Palma

En Playa de Palma la ocupación es del 65%, cuatro puntos menos que el año anterior. Un porcentaje final de la ocupación, dice el presidente de la grupación Francisco Marín, varía según la previsión meteorológica y los viajes de última hora.

La presidenta de los hoteleros en Mallorca, María Frontera, explica que todos los establecimientos que abren ahora sus puertas los mantendrán en marcha hasta final de la temporada. Hay algunos, dice, que incluso llegarán ya hasta noviembre. Sobre los precios, Frontera explica que la fuerte inversión hecha en los últimos años propicia ahora un incremento de la calidad del producto que se ofrece y también lo que se cobra por ello.