‘Ciudadanos y ciudadanas’, ‘vecinos y vecinas’

Fuenlabrada

La economía del lenguaje es un instrumento que tiene el ser humano para decir el máximo de información en el menor número de palabras. Por eso tiende a eliminar las redundancias. Y por eso no se recomiendan fórmulas como ‘vecinos y vecinas’, ‘niños y niñas’ o ‘trabajadores y trabajadoras’ en contextos en los que el uso del masculino ya incluya también al femenino.

Se trata de abordar la cuestión desde un punto de vista meramente lingüístico con nuestro profesor de Lengua, Alfredo Tarazaga, que no obstante nos explica que en ningún caso estamos ante una incorrección, sino ante una recomendación. Y que el género masculino no es el neutro, sino más bien el divalente, es decir, que incluye también el femenino si queremos referirnos a todo un colectivo.

Además también reflexionamos sobre las situaciones en las que sí se recomienda realizar esa diferenciación, como cuando el uso explícito del femenino aporte información adicional a la frase o cuando iniciamos un discurso fórmulas como ‘señoras y señores’ o ‘amigos y amigas’.