Sobre el descuento del 75 por ciento en los vuelos Península-Canarias

Santa Cruz de Tenerife

La propuesta de subir el descuento a residentes en los vuelos entre la Península y Canarias no está incorporada al presupuesto hecho público el martes por el ministro Montoro, sin contar aún con los apoyos parlamentarios necesarios para sacarlo adelante. El Gobierno ha decidido dejar colgado el aumento del descuento, como baza negociadora con los nacionalistas canarios, si finalmente el PNV no bloquea la aprobación de los presupuestos. Lo cierto es que –después del aumento de un millón de viajeros en las rutas interinsulares que ha supuesto el aumento de las subvenciones a la residencia en los trayectos locales- nadie discute que se trata de una medida que favorece los intereses de los ciudadanos de Canarias y que beneficiará a miles de personas que se desplazan entre las islas y el continente. El problema es que no está nada claro que la medida resulte conveniente si previamente no se producen algunos cambios. La compañía Binter –que no opera aún vuelos en esas rutas- propuso en el Parlamento de Canarias que el aumento de la bonificación se produzca acompañado de la fijación de un importe máximo de la cantidad que aporte Fomento, para evitar que las compañías suban los precios rentabilizando así la subvención sin que esta produzca ahorros significativos a los pasajeros. Además, ese aumento de precios supondría otro perjuicio indirecto para Canarias, al encarecer el coste del paquete turístico a las islas.

Por otro lado, es más que obvio que la Comisión Europea no permitirá la declaración de obligación de servicio público de las rutas entre Canarias y la Península, una clasificación que sí existe en los vuelos interinsulares y que obliga a fijar un precio de referencia (un precio máximo) en los billetes interinsulares. Esa es la clave que ha permitido que la subida de la subvención llegue realmente a los usuarios. Por eso, mejor fórmula que fijar una cantidad máxima a portar por Fomento, sería establece5r un sistema para que las subvenciones sólo se puedan dar a aquellas compañías que asuman voluntariamente la fijación de un precio máximo en todas sus tarifas. Es el formato más idóneo para los usuarios, Y el más claro para saber lo que realmente ganan las compañías. ¿Por qué no lo propone nadie?