'Habemus' sistema

Oviedo

Valiente. Así se puede adjetivar la versión que ofreció el Real Oviedo en el Anxo Carro. “Siempre salimos a ganar en todos los campos”. Son palabras de Juan Antonio Anquela en la rueda de prensa previa al encuentro en tierras gallegas. Y no cabe duda de que así fue en esta ocasión. Sin mirar atrás, todos los futbolistas daban un paso hacia adelante para recuperar el balón en cuanto lo perdían. La presión o las urgencias no pudieron con una personalidad digna del peso que conlleva el escudo carbayón.

Casualidades del fútbol, el técnico jienense cambió su sistema ante el mismo rival que lo hizo en la primera vuelta. Y todo para volver al punto de partida: El esquema con cuatro defensas y un mediapunta. ¿El resultado? El mismo: 3 puntos para creer. Un triunfo que en su momento significó un antes y un después en la trayectoria del equipo, y que veremos si sirve de nuevo como punto de inflexión para afrontar las ocho jornadas que restan para el final de la competición regular.

Anquela se decantó por un once más ofensivo de lo habitual y le salió bien. Quitó un defensa para meter un atacante, y en este caso el perjudicado fue Mossa, que vio casi todo el partido desde el banquillo, en favor de Aarón Ñíguez. Un relevo que provocó el desplazamiento de Christian Fernández al lateral izquierdo y de Fabbrini a la posición de '10'. La otra novedad del equipo titular fue la entrada de Mcdonald Mariga en el lugar de Rocha en el centro del campo.

El encuentro tomó un rumbo diferente en la segunda parte, y todavía se abrió más tras la expulsión del jugador local Kravets en el minuto 65. Hasta ese momento solo se contabilizaron dos disparos de los ovetenses, uno de Fabbrini y otro de Saúl Berjón, pero ninguno entre los tres palos. El conjunto azul estaba más cómodo, jugaba más en el campo contrario y no dejaba a los gallegos salir con claridad, pero le faltaba la asociación en los últimos metros para crear jugadas peligrosas sobre la portería rival.

A la vuelta de los vestuarios el primer héroe fue Alfonso Herrero con una intervención de reflejos más que técnica, al rechazar un disparo a bocajarro de Fede Vico. El choque cogió un ritmo vertiginoso y los acercamientos se sucedían en ambas áreas. El Oviedo respondió con dos ocasiones, primero sería Fabbrini quien buscase el gol tras culminar un buen contraataque llevado por Christian Fernández, pero el lanzamiento cruzado del italiano se encontró con la parada de Juan Carlos. El siguiente en intentarlo fue Toché, aunque en este caso su remate de volea fue forzado y no logró dirigir el golpeo.

Antes, Anquela decidió mover el banquillo. Diegui saltó al césped por un Fabbrini desgastado y bien cubierto en todo momento. La irrupción del canterano fue determinante porque dos minutos después de la ocasión fallada por Toché, se convertiría en el segundo y último héroe de la tarde. Anotó el tanto de la victoria después de empujar a la red un balón que requería la sangre fría que aportó el hispano-islandés cuando otro en su lugar seguramente se hubiese precipitado. La dejada de Toché con el pecho aclaró una jugada que parecía perdida, el murciano vio perfectamente la llegada del lateral desde la segunda línea, quien decidió acomodarse el esférico para asegurar el gol ante la mirada de los defensores cuando ya no había portero. Un tanto que provocó la locura de los casi 2.000 oviedistas desplazados hasta Lugo. Todavía hubo tiempo para un susto más porque Iriome tuvo en su cabeza la posibilidad de poner las tablas en el marcador pero su cabezazo se marchó desviado.

El Oviedo consiguió de esta forma una victoria a domicilio, que por otro lado no llegaba desde el pasado 17 de diciembre en Sevilla. Primer triunfo del año lejos del Carlos Tartiere que le asciende hasta la octava posición y le deja a tan sólo un punto del sexto clasificado. Ahora los azules afrontarán dos partidos consecutivos en casa ante Nástic y Valladolid.