'Every breath you take', la historia de un amor asfixiante

Cartagena

EVERY BREATH YOU TAKE - THE POLICE. José Ibarra.

'Every breath you take', está considerada en muchas listas como una de las canciones más románticas de la historia del rock. Es, desde luego, la que más éxito obtuvo en la carrera de 'The Police', el grupo cuyo cantante, bajista, letrista y líder era el gran Sting. Una maravilla total de principio a fin, una de esas canciones que se te pegan al paladar y que es difícil encontrar a alguien que no la conozca, pues ha vivido muchas vidas ya desde que fue publicada en el 83. En la radio en los ochenta, en los anuncios de la tele en los noventa, en series recientes del año pasado, Every breath you take reaparece en nuestra vida a cada momento. Un clásico total de la música rock.

¿Una canción de amor u otra cosa totalmente distinta? A mí me viene este tema a la cabeza cada vez que leo artículos o noticias que nos cuentan que algunos adolescentes de ahora controlan obsesivamente a sus novias a través del teléfono móvil, convirtiendo las relaciones de pareja en un sinvivir para las chicas que se ven asfixiadas por el control del novio que exige conocer sus claves, controlar sus contactos, eliminar la conexión con otros amigos, impedir su privacidad.

Y en “Every Breath You Take” se contaba esto: Cada vez que respires, cada vez que te muevas, cada lazo que rompas, cada paso que des, estaré mirándote. Cada día, cada palabra que digas, cada vez que juegues a algo, cada noche que te quedes, estaré mirándote. La canción sigue con una tortuosa declaración de amor que no oculta la verdad: que estamos ante un amante celoso, obsesivo y posesivo. Sting nos confunde haciéndonos creer que el protagonista es solo un enamorado, pero el que escarbe en la letra y el tono del tema descubrirá otra realidad más fea: la de un auténtico acosador que no deja respirar a esa mujer a la que tanto dice querer. Y eso que entonces no había ni internet ni redes sociales. Pero los celos son universales e intemporales. ¿No puedes ver que me perteneces, que me duele el corazón a cada paso que des? Cada vez que sonrías, cada vez que te quejes, estaré mirándote. Y así, la canción de amor se convierte en una amenaza total. Se pasa del amor al terror, como en toda situación dominada por los celos enfermizos. Una lección magistral de Sting que convierte un presunto tema romántico en un retrato de esas relaciones tóxicas en las que tantas chicas se ven envueltas y en las que ellas son casi siempre las víctimas. Al propio Sting le asombraba que muchos fans no fueran capaces de ver el doble sentido de la canción, que era tan brillante en su factura como oscura en su mensaje. Él sabía que no había escrito una canción de amor, sino la sórdida historia de un hombre enfermo y celoso. No todo el público supo verlo.

Este tema, incluido en el álbum de 1983 “Synchronicity”, se convirtió en un icono de los años ochenta, aquella década en la que no había teléfonos móviles para controlar a las novias pero sí canciones maravillosas que nos explicaban la vida mejor que ahora. Y hoy, en LA HISTORIA DETRÁS DE LA CANCIÓN, traemos ese tema que denuncia con hermosas metáforas la toxicidad de ciertas relaciones de pareja: Sting al mando de los Police con “Every breath you take”

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