Va por vosotros, republicanos iliturgitanos

Andújar

Los huesos de muchos de ellos aún están enterrados por esas cunetas y fosas comunes desoladas, después de haber perdido la vida por luchar por todos nosotros, por nuestra libertad, igualdad, dignidad y justicia social.

Así les pagan los que se hacen llamar demócratas y son aún cómplices del mayor genocidio ocurrido en España durante los últimos siglos, que llegó tras uno de los golpes de Estado más cruentos de la historia de Europa, y de una guerra, que no fue civil ni mucho menos, sino una masacre de los poderosos, tanto banqueros como empresarios y militares, contra la población en general, que también después sufrió años de hambre, miseria, exilio, cárcel, miedo atroz y total silencio, por el temor a acabar quemados en cal viva.

Que no se hayan buscado y dado una sepultura digna a los cuerpos de estos héroes, defensores del orden legal constituido y elegido por los ciudadanos en la II República Española, es una de las mayores vergüenzas que cargan sobre sus espaldas esos chaqueteros y traidores de todos los españoles, por mucho que se las den de patriotas.

Me corroe la impotencia por no poder “escarbar la tierra con los dientes, apartarla parte a parte, a dentelladas secas y calientes, minarla hasta encontrar a todos estos mártires del pueblo y besar a cada uno de ellos sus nobles calaveras, para desamordazarles y hacerles regresar entre nosotros”, como decía el eterno poeta Miguel Hernández.

Mañana se cumplirán 87 años de aquel inolvidable 14 de abril de 1931, que trajo la alegría, la esperanza y la ilusión a la mayoría de españoles de entonces, hartos ya de tanta injusticia monárquica. Su sueño duró sólo algo más de cinco años, pero los avances fueron tales que pusieron en peligro los privilegios de los de siempre, que a golpe de chequera y disparos provocaron un trienio de las más cruel de las pesadillas, seguida por cuatro decenios de sufrimiento.

O, mejor dicho, bastante tiempo más, porque aún mandan los mismos, aunque le hayan cambiado al perro el collar, pero ahí siguen en el poder los hijos, nietos o bisnietos de los banqueros, empresarios, gobernantes y correligionarios de la dictadura franquista, mientras que la mayoría de los descendientes de los que lucharon contra ella siguen sepultados entre piedras y rastrojos, sin poder darles un digno entierro más que merecido.

Deseo que este despiadado trato no les sea perdonado jamás por la Historia a los que los cometieron y aún lo cometen. Espero también que no olvidemos jamás a todas esas víctimas de los que financiaron y provocaron una masacre en 1936 para seguir mandando y explotando a nuestra clase obrera, como aún hacen ahora con el beneplácito y complicidad de nuestros gobernantes. Va por todos vosotros, republicanos y republicanas de Andújar.

¡Viva para siempre la II República Española!