Los dossieres del PP nunca prescriben

Madrid

No es un secreto que en el Partido Popular, el espionaje ha sido durante años el deporte de moda, por encima del golf incluso. Se espiaban mutuamente González y Granados. Y se espiaban los entornos enfrentados de Aguirre y Gallardón.

Destapado el video de Cifuentes con su supuesto hurto en un supermercado, algunas fichas de este puzzle empiezan a encajar. Este pasado miércoles, Cristina Cifuentes reveló que lleva años siendo espiada – en su etapa como Delegada del Gobierno, y quizás, en siendo ya presidenta-. Y es verdad. La seguían incluso mucho antes de que fuera alguien en el PP de Madrid. Cifuentes, a pesar de los intentos frustrados de Ignacio González nunca llegó a consejera de Educación y no pasó de ser vicepresidenta de la Asamblea porque Aguirre, que sabía lo que se movía en ámbito más personal, la tenía, apartada.

En la SER, en 2008, el Guardia Civil, José Oreja, que hizo seguimientos en pleno enfrentamiento político entre Aguirre y Gallardón, admitió que “sí, Cifuentes estaba en la lista”. Tres años después, se produce el robo en el supermercado. La existencia de aquel video y la destrucción de las pruebas era algo más que un rumor en la Puerta del Sol. Lo conocía hasta la propia Aguirre y por supuesto Ignacio González, que había pasado de tener una relación estrecha con Cifuentes a la más absoluta desconfianza. Alguien ordenó destruir las pruebas, pero alguien se quedó con una copia del video.

Hace dos años, en 2016, esa grabación estuvo a punto de ver la luz y ya con Cifuentes en la presidencia, El Español publicó que rivales del PP habían encargado espiar a Cifuentes y difundir el rumor de que era cleptómana. Aquella publicación coincidió con la celebración del Día de la Comunidad de Madrid. Aquel 2 de mayo, Cifuentes lo tuvo que negar, lo hizo en La Sexta

Aquella investigación, aquel espionaje se encuadró en el marco preelectoral antes de los comicios de 2015. Pero realmente no fue así, porque a Cifuentes la seguían desde hacía mucho tiempo. Cuando no era nadie.

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Lo del video no era nuevo ni en el Sol, ni el PP, pero nadie levantó la mano cuando decidieron auparla, primero como delegada y después como candidata a la Comunidad de Madrid.