El GOB pide solucionar ya el diseño del tramo Maó-Alaior de la carretera general

Mahón

Han pasado más de dos años desde la paralización de las obras del tramo Maó-Alaior de la carretera general de Menorca. El GOB manifiesta su preocupación por no haber aún un resolución que permita reconducir las enormes intervenciones proyectadas a los cruceros de Rafal Rubí y Argentina.

El otoño de 2105 la UTE de empresas que ejecutaba las obras adjudicadas el anterior mandato, aceptaba rescindir el contrato y el acuerdo formal se firmaba a principios de 2016. La empresa pedía un sobrecoste de 2,5 millones de euros, que el Consell no aceptó. A cinco meses para terminar el plazo otorgado, sólo se había ejecutado el 20% de la obra prevista.

A partir de ahí, comenzó un largo camino para ver si se podían reconducir los principales impactos paisajísticos, que mucha gente consideraba no justificados y que motivaron una intensa campaña de protestas entre 2013 y 2015. Las construcciones iniciadas borde Rafal Rubí y el Argentina centran desde entonces las miradas de la gente que espera que el equipo de gobierno, conformado por formaciones que se habían manifestado claramente en contra de estas estructuras, tome la determinación.

En el caso de la entrada de la Argentina, se descubrió que la estructura iniciada no había respetado los requisitos técnicos de drenaje que se habían impuesto a la hora de autorizar la obra por parte del Govern Balear. En un largo trámite para analizar la mejor salida a esta situación, la Comisió de Medi Ambient del Govern, dictaminó con resolución publicada en el BOIB de 09/11/2017, que optaba por la alternativa de demoler la obra ejecutada y aplicar una intersección a nivel.

En cuanto al cruce transversal de Rafal Rubí, diversas entidades han pedido que se busque la manera de disminuir el impacto paisajístico en el entorno de las navetas existentes en aquel lugar y que, con la obra inicialmente prevista, quedarían a 50 metros de la vía. El puente elevado transforma de manera radical la visión del yacimiento y esto contradice seriamente las recomendaciones hechas por la UNESCO respecto del patrimonio arqueológico.

La reivindicación ciudadana no discutía la necesidad de mejorar la entrada de Alaior, que está casi terminada con una intervención de envergadura. Y entre Ferreries y Ciutadella, a pesar del impacto que muchos consideran exagerado de la entrada al Pilar, se han podido eliminar los enlaces de doble nivel de arriba sa Costa Nova, ante Son Sintes y ante Es Tudons.

Pero el tramo entre Maó y Alaior, que fue el detonante de la movilización ciudadana, permanece a la espera de decisiones que vuelvan a poner Menorca al nivel que se merece, según los ecologistas.