Laboralmente, nada cambia

Alicante

Ante el Primero de Mayo, no sé si los sindicatos deberían cambiar de estrategia. Jubilados y mujeres sí que han conseguido que se les escuche. Lo cierto es que laboralmente nada cambia.

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La receta del PP para afrontar la crisis fue devaluar sueldos, esperar que diera sus frutos la bajada de intereses del Banco Central Europeo y beneficiarse de la rebaja del precio de los combustibles.

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Los sindicatos alicantinos insisten en que los beneficios empresariales siguen creciendo, pero que la buena marcha de la macroeconomía no va calando como lluvia fina y llega a las economías domésticas. Otro año más, clamando en el desierto.

Y además, mientras se habla del cambio de modelo productivo para que la economía alicantina sea más estable y menos estacional, lo que se ha producido es la reactivación del sector de la construcción. Y no está mal, de momento, no se trata de demonizar el ladrillo, sino de apelar a la sensatez.

Y todo esto se produce en la España de Mariano, que va bien, y en la Comunitat Valenciana de Ximo, que también.

Siento el pesimismo. Debe ser la precariedad, que es el símbolo de los tiempos para casi todos.