Un museo para el alemán de Camelle
Han tenido que pasar quince años de su muerte para que se cumpla su sueño, un museo que preserve su legado
Manfred Gnädinger, o alemán de Camelle, había llegado a Costa da Morte en 1961 tras vivir en Italia y Suiza. Un año después, las fiesta patronales de Camelle, le llevaron a fijar en esa parroquia de Camariñas su residencia hasta que el día de los santos inocentes de 2002 fallecía. La llegada del “chapapote” del Prestige fue la puntilla a la profunda depresión que padecía y al abandono del Sintrom que tomaba por sus problemas de circulatorios.
Un museo para el alemán de Camelle
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Ahora, tras quince años de maraña burocrática, el sueño de Man es una realidad con el museo que preserva y divulga su obra: esculturas, fotografías, calcos, documentos, manuscritos o las “libretillas” con los dibujos de los cientos de miles de visitantes que durante cuarenta años de se acercaban a este peculiar ermitaño da Costa da Morte.