Sociedad
El final de ETA

El atentado que provocó un dilema moral al asesino

Este 4 de mayo se cumplen 35 años de un atentado que conmocionó a la sociedad vasca e incluso al etarra que lo cometió

Bilbao

Ninguno es más que otro. Todos son ‘todo’ para la viuda, el huérfano, la madre, el amigo… Destacar un atentado sobre otro sólo podría hacerse fijándose en las circunstancias en las que ocurre, porque el dolor siempre será similar al anterior y al posterior. Y así siempre. Ese es el drama que deja la banda terrorista. Nunca se olvida.

Este 4 de mayo se cumplen 35 años de un atentado que conmocionó a la sociedad vasca e incluso al etarra que lo cometió. ETA intentó secuestrar al teniente de la Policía Nacional Julio Segarra con la intención de poder negociar después el traslado de los presos. El comando acudió a Bilbao, a la plaza del Karmelo, en Santutxu después de robar un coche. Ahí esperaron hasta que saliera el agente camino de su oficina en el cuartel de Basauri. Cuando apareció, le ataron y amordazaron. Al introducirlo en el maletero del vehículo, apareció por la puerta del garaje el cabo Pedro Barquero y su mujer, María Dolores Ledo embarazada de tres meses. Acompañaba a su esposa al ginecólogo. No tuvo tiempo el policía de reaccionar y los terroristas dispararon al cabo y a su mujer. Poco después hicieron lo mismo con el teniente que habían atado. La imagen que se encontró la policía cuando acudió al lugar del atentado era la del cabo con su pistola en la mano derecha y su mujer que yacía a su lado con un brazo recogido hacia el regazo y el otro extendido

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Por este atentado fueron condenados en 1995 Enrique Letona Viteri, alias Masillas, y José Félix Zabarte Jainaga, alias Juan Luis, a sendas penas de 29 años como autores de un delito de atentado con resultado de muerte, a 29 años por un delito de asesinato, en concurso ideal con uno de aborto, y a 17 años por un delito de homicidio.

En la vista declararon dos policías que han contado cómo el ya condenado Letona Viteri se enfrentó al "dilema moral" de haber asesinado a una mujer embarazada. Los testigos relataron que, según contó Letona en el interrogatorio, tras los crímenes se desató "una fuerte discusión" entre él y Esparza Luri porque este último "no encontraba ningún sentido a matar a una mujer en estado de gestación. Tras este atentado, Letona abandonó ETA.

El 4 de mayo de 2011, el mismo día que se produjo los asesinatos, la Audiencia Nacional condenó a 85 años de prisión a Esparza Luri por el triple asesinato. Juan Manuel Inciarte Gallardo fue condenado por un sólo asesinato a 39 años de prisión.

 
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