8 años de cárcel para el palentino acusado de agredir sexualmente a su ex novia

Palencia

La Audiencia Provincial de Palencia ha condenado a 8 años de cárcel al palentino acusado de agredir sexualmente a su ex pareja en la residencia de estudiantes Escuela Castilla. Ha sido condenado a una pena de 3 años de cárcel por un delito de agresión sexual y a cinco años de prisión por el delito de detención ilegal. En ambos casos se le prohíbe aproximarse a menos de 200 metros y comunicar por cualquier medio con la víctima. Por el delito de lesiones se le condena a una multa de tres meses con una cuota diaria de 6 euros y por el delito de maltrato dos meses de multa diaria con cuota también de 6 euros. Se plantea arresto sustitutorio en caso de impago. Recordemos que el Fiscal llegó a solicitar algo más de 17 años de cárcel. Además deberá indemnizar a la víctima con 22.410 euros.

La resolución plantea algunas dudas sobre el testimonio de la denunciante. Con respecto a la agresión sexual, persistió en afirmar que el acusado la introdujo dedos en su vagina. Según el tribunal, lo hizo de una manera "que aportaba importantes dosis de inseguridad, ya que también hablaba de su aturdimiento a lo largo del suceso que describía". En la sentencia se refleja además que sorprende y "no deja de ser significativo" que, después de los sucedido, ambos siguiesen manteniendo relaciones, hecho admitido por los dos, lo que, quiérase o no, "induce a evidentes dudas".

Y es que en la resolución se afirma que "no parece lógico que después de sufrir un hecho tan traumático como una agresión sexual, no se asuma un comportamiento de distancia”. El tribunal no deja de valorar que se está "ante una situación que carece de datos objetivos". Además, se refiere a los informes psicológicos profesionales para concluir que se genera dificultad de valorar la veracidad de las declaraciones de la joven.

Con esas dudas, también se deja claro que no significa que se consideren falsas las manifestaciones de la mujer, ya que sufrió una situación injusta y estresante con consecuencias penales para su agresor, lo que ocurre es que por los motivos antes relatados, al jurado le surge una duda irresoluble a la hora de valorar las consecuencias de una declaración de condena en relación con el delito de agresión sexual.

Y es que hay hechos que otorgan plena credibilidad a la declaración de la víctima. Explicó como el acusado la había citado en su habitación y derivó la conversación hacia temas sexuales. Ante la voluntad de ella de salir de la habitación, el joven se lo impidió, tumbó a la víctima en la cama, la despojó de la ropa, la tapó la boca y se puso encima de ella realizando frotamientos. Se ha excluido la existencia de penetración. El tribunal no tiene duda que la violencia que ejerció el varón tenía como objeto la agresión sexual que en último término se produjo. Se da por probado que se ha producido una situación evidente de falta de libertad.

Recordemos que la joven también denunció que le habían grabado en el cuerpo con un objeto punzante las palabras "puta" y "gorda". Y aunque el juicio se planteó la posibilidad de que la denunciante pudo haberse marcado con dichas palabras ella misma, el jurado comparte la afirmación de que es extremadamente difícil que haya sido así. El tribunal no entiende que haya podido grafiarse las expresiones con el fin de perjudicar al acusado y no denunciase los hechos inmediatamente después. Lo hizo mes y medio más tarde y lo hizo movida por la determinación de una amiga. La sentencia no es firme y admite recurso.