‘15 años del Festival de Cine Africano de Tarifa’

Tarifa

Con la venia Juanma.

Parece que fue ayer cuando a una desconocida Mane Cisneros se le ocurrió la bendita locura de crear el Festival de Cine Africano de Tarifa en las mismísimas puertas de África. Aquí, donde Europa da portazo a la necesidad, y baja la persiana para no ver el desolado campo de miseria a la que occidente lleva condenando y exprimiendo al continente negro. Aquí se abrió hace ya 15 años una mirilla de cerradura, para ver por ella la realidad africana. Para centrar nuestra visión a una realidad tangente, palpitante, alejada de tipismos, tópicos y visiones distorsionadas que intereses económicos y políticos se han encargado desde hace siglos de hacernos llegar y hacernos creer.

Nacía el Festival de Cine Africano de Tarifa. ¿Dónde mejor que en Tarifa construir un puente en el que propiciar el fluir de culturas tan distantes y a la vez tan similares en muchos aspectos? Un puente construido en solido celuloide y que hoy podemos concretar sin miedo a equivocarnos ha servido para tener una visión real de África, que como siempre defendió Mané Cisneros es una “realidad a pie de calle” que ha contribuido al conocimiento de los diferentes pueblos que habitan en el continente al que cada mañana nos despertamos los tarifeños y los campogibraltareños.

Y durante estos 15 años, a través de cientos de películas, de conciertos, de exposiciones, de charlas, de coloquios, de colaboraciones entre asociaciones de Tarifa y el FCAT, se han ido estrechando lazos y hoy por hoy, cuando veo los carteles indicativos realizados en lana por las integrantes de la asociación de mujeres ‘Aljaranda’; o asisto a los encuentros en el Casino o en los hoteles y locales de mi localidad; cuando veo la fachada del Teatro Cine Alameda, decorada por alumnos de Secundaria con motivos étnicos intentando reproducir los increíbles decorados de Tiébélé, en Burkina Faso… me doy cuenta que sí. Que tras 15 años, en los que se ha tenido que trabajar mucho y desde muchos flancos, el Festival de Cine Africano de Tarifa, es un Festival de Tarifa. De los tarifeños, para los tarifeños y para el resto de los ciudadanos del mundo. Y habrá a quién no le guste, y habrá quienes de manera incomprensible utilicen políticamente el festival para sus torpes luchas. Pero una cosa es segura, el Festival de Cine Africano de Tarifa es una realidad intercultural tangente, palpable, de la que se benefician todos y nadie, absolutamente nadie se ve perjudicado.

En esta última edición más de cincuenta invitados, entre cineastas, actores y actrices, programadores, escritores, músicos, críticos y artistas de hasta 15 nacionalidades distintas han disfrutado y admirado algunas de las producciones africanas. Cuando mañana el Festival recoja su ‘alfombra negra’ miles, de escolares y estudiantes lo habrán visitado, disfrutado y aprendido. Habrán participado en la que a mi juicio es la sección principal del FCAT, “espacio Escuela’ porque es a través de este espacio, donde se consigue crear conciencia y solidaridad hacia nuestros desconocidos vecinos, para entenderlos y necesariamente entendernos en el camino que deberemos de recorrer juntos en el futuro.

Se clausura hoy el Festival de Cine Africano de Tarifa. El festival de cine africano más consolidado del mundo hispanohablante, después de haber proyectado más de 80 títulos y haber dedicado esta XV edición al feminismo y el activismo político. Se marcha hasta el año que viene y yo no quiero que se vaya, ni puedo antes de que lo haga dejar de agradecer a Mane Cisneros y cuantos trabajan para y por él el poder seguir disfrutándolo cada año. Gracias también a las administraciones públicas, en especial al Ayuntamiento de Tarifa por la apuesta de mantener vivo un festival de cine único, que además de mostrarnos las realidades de nuestros vecinos, estoy convencido, nos ayuda a ser mejores personas. Gracias y hasta el año que viene.