La derrota no ensombrece el regreso a la Champions League

Valencia

A pesar de la racha negativa en los últimos cinco partidos (dos puntos de quince posibles), la derrota del Valencia en La Cerámica no debe ensombrecer la gran noticia del día. Tras dos temporadas para olvidar, el murciélago regresa a la máxima competición continental. El tropiezo del Betis en San Mamés convirtió en más descafeinado si cabe el encuentro de rivalidad autonómica. Sabiéndose en Champions, el equipo que dirige Marcelino García Toral aguantó el tipo, estuvo a un nivel correcto, pero siendo inferior al Villarreal, que se jugaba el pasaporte europeo.

Tampoco hay motivos para la alarma excesiva por la deslucida recta final de temporada en Mestalla, tropiezos contra Getafe o Eibar incluidos. Aquel triunfo en Nervión hizo desaparecer los colmillos al grupo, dando por hecho que la Champions caería antes o después. Esa -falta de- motivación mental (y no un bajón futbolístico del equipo) es la principal explicación al bajón del Valencia durante el mes de abril y lo que llevamos de mayo.

Esa entrada triunfal en la fase de grupos de la Champions League, eso sí, no debería convertirse en el árbol que nos impida ver el bosque. Hay demarcaciones que el club debe reforzar sin ningún tipo de excusas. Y la primera de ellas es el lateral derecho. Sigue doliendo a la vista la broma de Vezo, que sufre en la marca (Cheryshev, Castillejo, Sansone...) y pierde un porcentaje elevadísimo de los balones que toca.

Cumplido el trámite del viaje a Montilivi, la gran fiesta de la Champions queda aplazada hasta la última jornada en Mestalla. Esa tarde, contra el Depor ya descendido y con victoria mediante, será el momento de celebar el regreso del Valencia a una competición que nos ha dado alegrías enormes desde que la bandera de las estrellas llegó por primera vez a la Avenida de Suecia.