Tribunales
Caso La Manada

Tres juezas emiten una carta en la que piden disculpas a la víctima de La Manada

Le dan las gracias también por su coraje y por la honestidad de su modo de proceder en el juicio

Concentración feminista contra el fallo judicial de La Manada en la Puerta del Sol, coincidiendo con el acto conmemorativo de la Fiesta del 2 de Mayo, celebrado en la Real Casa de Correos de Madrid / Chema Moya EFE

Lugo

Tres magistradas han remitido una carta a la víctima de La Manada. Una de ellas es la jueza de lo social número tres de Lugo, Dalila Dopazo, además de las juezas Nekane San Miguel y Ángels Vivas, que ejercen en Bilbao y Barcelona.

Esta iniciativa partió de las tres, que se “conocen de antes” y decidieron “conjuntamente” soltar dicha carta, donde comienzan pidiendo disculpas a la agredida “por el atrevimiento de pensar que, habiéndose dicho tantas cosas sobre la sentencia que conocimos el pasado jueves 26 de abril, podemos aportar algo aún”. “Disculpa por sentir la necesidad de contar nuestra lectura de la sentencia”, se justifican.

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En la misiva se apela a que “la reacción de la gente ha sido tremenda, y esto incomoda a buena parte de quienes cada día hemos de sentenciar, por muchas razones, pero es a partir de esa reacción de las mujeres y de movimientos feministas, desde donde queremos analizar con sosiego si hemos de cambiar este sistema penal androcéntrico y con graves sesgos sexistas, y sobre todo, que es lo que hemos de cambiar”.

“La sentencia mayoritaria (la opinión de dos sobre tres) declara probados los hechos que leemos y que han sido conocidos. Frente a ese relato ha habido indignación, y hemos oído y leído los motivos de esa indignación”, continúa la carta.

En el escrito ponen de manifiesto las tres magistradas, que “hemos escuchado lo de Yo sí te creo, pero queremos aclararte que, en nuestra opinión, el tribunal (dos sobre tres) ha creído tu relato y lo ha declarado probado, con evidencias, más allá de toda duda razonable”. “Si no te hubieran creído, es imposible escribir lo que se dice en los hechos probados de la sentencia".

la reacción de la gente ha sido tremenda, y esto incomoda a buena parte de quienes cada día hemos de sentenciar

"Tampoco diría la sentencia que tu testimonio es coherente y digno (lo califica de este modo en los fundamentos jurídicos). Los argumentos de la defensa cuestionando tu persona y tu relato son rechazados por la sentencia con respeto y consideración. Leemos cómo les has convencido en tus explicaciones, por qué te han creído”, puntualizan.

En cuanto a que la sentencia diga que existió “abuso y no violación”, esgrimen en dicha carta, a la que ha tenido acceso Radio Lugo - Cadena SER, que “quienes firmamos esta carta hemos mantenido que las palabras son muy importantes. son un método para comunicar ideas, emociones, deseos. Por medio de símbolos y significados el lenguaje transforma la conciencia humana porque permite nuevas formas de pensamiento y adquisición de conocimientos; los significados de las palabras sufren un proceso de transformación. Va variando el significado que damos a las palabras porque la relación entre la palabra y el pensamiento no es solo un hecho, es básicamente, un proceso (del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento)”, sentencian.

Una pancarta en las protestas de Pamplona por la sentencia contra La Manada / Jesus Diges

Siguen las tres juezas poniendo de relieve que “si se describen unos hechos probados como los que hemos leído, es imposible que la gente esté conforme con llamar abuso (al margen de la calificación técnico-jurídica) a esos hechos. Para la mayoría de las personas, abusar es usar mal o en exceso, pero usar, al fin y al cabo, y la palabra usar no la refiere el diccionario para las personas, sino para las cosas”.

Creen las tres que “mantener esa palabra (abuso) en el Código penal para referirse a relaciones sexuales no consentidas, parte de la idea de que las mujeres seguimos siendo objetos para servir al placer del hombre, y que solo si se exceden los hombres en ese uso, se les castiga, pero solo si se exceden”.

“La gente ha protestado porque han considerado que estamos ante una violación, y en esto sí estamos de acuerdo. Desde un examen técnico, jurídico, violar (en el Código Penal) es utilizar fuerza, violencia contra la persona violada, y/o intimidarla para acceder sexualmente a ella".

en nuestra opinión, el tribunal (dos sobre tres) ha creído tu relato y lo ha declarado probado, con evidencias

"Intimidar a alguien es meterle miedo, y es verdad que el miedo es muy subjetivo (unas personas lo tienen rápido y otras no) pero en nuestro trabajo de juzgar debemos examinar qué datos objetivos han resultado probados en el juicio. En tu caso, los datos objetivos sustentan, refuerzan y asientan la idea, clara y que pocas explicaciones necesita, de que en el portal de la calle …, de lo que describiste (te han creído y te creemos) cualquier persona sufriría miedo, cada persona reacciona de modo distinto y tú reaccionaste como pudiste en aquel momento".

Y esto no te hace culpable de nada, pese a que las defensas trataron de desplazar la responsabilidad y la culpa a tu persona, como ocurre con frecuencia, cuando nos recuerdan que somos nosotras las provocadoras de todo lo que nos hacen (no nos pasa sin más). Que no se te pase por la cabeza ni un ápice de culpa”, esbozan en la carta.

En la epístola se adjunta que “tampoco tienes que creer que después de lo que te han hecho vas a padecer secuelas de por vida. No tiene por qué ser así. Ya lo dice la sentencia; ese día no se acabó el mundo ni la vida para ti”. “Eres joven y valiente, y se nota que tienes a tu alrededor gente que te ayuda y te quiere (se adivina esto) y seguirás siendo una mujer alegre, que disfrutará del sexo y de la vida".

Violentar la voluntad es violencia | La Voz de Iñaki

"Rechazamos (con toda la energía de la que somos capaces) el argumento de que: como no hay secuelas síquicas, como sigue llevando fotos a Instagram, o a Facebook consintió, se lo pasó en grande, no le ha pasado nada. Pese a quien pese y aunque sí te violaron, podrás convivir con ese dolor, gestionarlo y estos hechos no arruinarán tu futuro”, deducen.

Agregan que “dice la gente que la violación les ha salido gratis: nueve años de cárcel no es ninguna tontería, pero sí creemos que la pena debió ser mayor porque (ya lo hemos dicho) debió calificarse y castigarse como violación. Además, en la sentencia se declaran probados otros ingredientes que hacen más grave el delito, y por ello, la respuesta del sistema penal debió ser más elevada”, protestan.

“La sentencia, por tres veces, explica que cuando uno de los acusados te quitó el móvil no era con la intención de robarte, sino de dejarte desamparada, sin que pudieras pedir ayuda, que tardaras en reaccionar, humillarte aún más …, y eso no es un robo, eso es mucho más grave, más indigno…, al igual que el hecho de que grabasen en vídeo la violación, pero cuestiones procesales impidieron al tribunal ir más allá”, objetan.

si se describen unos hechos probados como los que hemos leído, es imposible que la gente esté conforme con llamar abuso (al margen de la calificación técnico-jurídica) a esos hechos

Finalmente, deslizan que “no” van a “comentar el voto particular”, dado que “todo acto de juzgar tiene una carga de subjetividad, y sabemos que cuando escribimos una sentencia nos retratamos”. “Dicho esto, llama la atención el modo en que el discrepante de la mayoría (en su voto particular) disecciona, desmenuza tus varios relatos. Nos parece una idea particular que denota poco conocimiento sobre el comportamiento de la memoria humana, del relato, de la palabra de una joven de 18 o 20 años, de vuestros modos de contar las cosas…, de explicaros… Poco conocimiento de psicología forense experimental, y todo lo que influye en el relato de cualquier ser humano”.

“Cuando utilizamos el lenguaje, el mínimo respeto lleva a que tengamos en cuenta las características lingüísticas de las personas a las que va dirigido. El respeto a los derechos básicos de todas las personas a las que destinamos nuestras resoluciones exige que escribamos en un lenguaje claro, igualitario, inclusivo, no sexista, respetuoso, gramatical y sintácticamente correcto y que la redacción sea eficaz”, argumentan.

Una de las protestas por la sentencia contra La Manada / Ballesteros

Ya en el remate de la carta de las tres magistradas, terminan por darle “las gracias”, a la víctima de La Manada. "Por tu valentía, por tu coraje y por la honestidad que transmite la sentencia sobre tu modo de proceder en este juicio”. “Estamos seguras de que ha tenido que ser duro, muy duro estar en el centro de esta vorágine, y resistir como lo has hecho (también es algo que adivinamos) porque suponemos que, en más de una ocasión, durante estos largos meses, habrás pensado si no hubiera sido mejor para ti el haberte ido de Pamplona cuando llegó tu madre a recogerte, y no pasar por el Juzgado, pese a que las dos fuisteis conscientes de lo que te habían hechos unos hombre que ven a las mujeres como mero objeto”.

La despedida se cursa con “un abrazo”, por parte de las tres magistradas que remiten la carta a la joven agredida en los San Fermines.

carta íntegra de tres jueces en relación al caso de la manada

Empezamos pidiéndote disculpas por el atrevimiento de pensar que, habiéndose dicho tantas cosas sobre la sentencia que conocimos el pasado jueves, 26 de abril, podemos aportar algo aún. Disculpas por sentir la necesidad de “contar nuestra lectura” de la sentencia. La reacción de la gente ha sido tremenda, y esto incomoda a una buena parte de quienes cada día hemos de sentenciar, por muchas razones, pero es a partir de esa reacción de las mujeres y de movimientos feministas, desde donde queremos analizar con sosiego si hemos de cambiar este sistema penal androcéntrico y con graves sesgos sexistas, y sobre todo, qué es lo que hemos de cambiar. La sentencia mayoritaria (la opinión de dos sobre tres) declara probados los hechos que leemos y que han sido conocidos. Frente a ese relato ha habido indignación, y hemos oído y leído los motivos de esa indignación. Hemos escuchado lo de “Yo sí te creo”, pero queremos aclararte que, en nuestra opinión, el tribunal (dos sobre tres) ha creído tu relato y lo ha declarado probado, con evidencia, más allá de toda duda razonable. Si no te hubieran creído, es imposible escribir lo que se dice en los hechos probados de la sentencia; tampoco diría la sentencia que tu testimonio es coherente y digno (lo califica de este modo en los fundamentos jurídicos). Los argumentos de las defensas cuestionando tu persona y tu relato son rechazados por la sentencia con respeto y consideración. Leemos cómo les has convencido en tus explicaciones, por qué te han creído. También se ha dicho que la sentencia coloca a las mujeres en una grave situación de riesgo, pero no leemos en ella nada que nos lleve a esa conclusión, porque la sentencia analiza algo que vemos cada día, y que es que cada mujer reacciona de modo distinto ante un ataque (cada persona es un mundo) y explica la sentencia que, en ocasiones, quien se siente agredida responde resistiéndose; en otras, tratando de ganar tiempo para eludir la agresión; y en otras, adoptando una actitud pasiva y esperando que termine cuanto antes, y que ninguna de esas tres reacciones implica consentimiento. Por eso en los argumentos de la mayoría (dos sobre tres) se deja claro que en ningún momento consentiste, y también se explica por qué resulta evidente que no querías que nadie (en este caso los cinco acusados) te tratara como lo hicieron aquel día de San Fermín. Dice la sentencia que existió abuso y no violación. Aquí sí queremos pararnos para explicar también nuestro punto de vista: a) Quienes firmamos esta carta hemos mantenido que las palabras son muy importantes; son un método para comunicar ideas, emociones, deseos. Por medio de símbolos y significados el lenguaje transforma la conciencia humana porque permite nuevas formas de pensamiento y adquisición de conocimientos; los significados de las palabras sufren un proceso de transformación. Va variando el significado que damos a las palabras porque la relación entre la palabra y el pensamiento no es solo un hecho, es básicamente, un proceso (del pensamiento a la palabra y de la palabra al pensamiento). b) Si se describen unos hechos probados como los que hemos leído, es imposible que la gente esté conforme con llamar abuso (al margen de la calificación técnico-jurídica) a esos hechos. Para la mayoría de las personas, abusar es usar mal o en exceso, pero usar, al fin y al cabo, y la palabra usar no la refiere el diccionario para las personas, sino para las cosas (hacer servir una cosa para algo). c)Creemos que mantener esa palabra (abuso) en el C. Penal para referirse a las relaciones sexuales no consentidas, parte de la idea de que las mujeres seguimos siendo objetos para servir al placer del hombre, y que solo si se exceden los hombres en ese uso, se les castiga, pero solo si se exceden. Y esa idea que se adivina bajo la palabra abuso es muy dolorosa para cualquier mujer, haya sido o no “objeto de abuso”. d) La gente ha protestado porque han considerado que estamos ante una violación, y en esto sí estamos de acuerdo. Desde un examen técnico, jurídico, violar (en el C. Penal) es utilizar fuerza, violencia contra la persona violada, y/o intimidarla para acceder sexualmente a ella. Intimidar a alguien es meterle miedo, y es verdad que el miedo es muy subjetivo (unas personas lo tienen rápido y otras no) pero en nuestro trabajo de juzgar debemos examinar qué datos objetivos han resultado probados en el juicio. En tu caso, los datos objetivos sustentan, refuerzan y asientan la idea, clara y que pocas explicaciones necesita, de que en el portal de la calle...., de lo que describiste, (te han creído y te creemos) cualquier persona sentiría miedo, y ante el miedo, cada persona reacciona de modo distinto y tú reaccionaste como pudiste en aquel momento. Y esto no te hace culpable de nada, pese a que las defensas trataron de desplazar la responsabilidad y la culpa a tu persona, como ocurre con frecuencia, cuando nos recuerdan que somos nosotras las provocadoras de todo lo que nos hacen (no nos “pasa” sin más). Que no se te pase por la cabeza ni un ápice de culpa!!! e) Tampoco tienes que creer que después de lo que te han hecho vas a padecer secuelas de por vida. No tiene por qué ser así. Ya lo dice la sentencia: ese día no se acabó el mundo ni la vida para ti. Eres joven y valiente, y se nota que tienes a tu alrededor gente que te ayuda y te quiere (se adivina esto) y seguirás siendo una mujer alegre, que disfrutará del sexo y de la vida. Rechazamos (con toda la energía de que somos capaces) el argumento de que: “como no hay secuelas psíquicas, como sigue llevando fotos a Instagram, o a Facebook...consintió”, se lo pasó en grande, no le ha pasado nada”. Pese a quien pese y aunque sí te violaron, podrás convivir con ese dolor, gestionarlo y estos hechos no arruinarán tu futuro. Dice la gente que la violación les ha salido gratis: nueve años de cárcel no es ninguna tontería, pero sí creemos que la pena debió ser mayor porque (ya lo hemos dicho) debió calificarse y castigarse como violación. Además, en la sentencia se declaran probados otros hechos, otros ingredientes que hacen más grave el delito, y por ello, la respuesta del sistema penal debió ser más “elevada”. La sentencia, por tres veces, explica que cuando uno de los acusados te quitó el móvil no era con la intención de robarte, sino de dejarte desamparada, sin que pudieras pedir ayuda, que tardaras en reaccionar, humillarte aún más...., y eso no es un robo; eso es mucho más grave, mucho más indigno..., al igual que el hecho de que grabasen en vídeo la violación, pero cuestiones procesales impidieron al tribunal ir más allá. No queremos acabar sin estas últimas reflexiones: a) No vamos a comentar el voto particular; todo acto de juzgar tiene una carga de subjetividad, y sabemos que cuando escribimos una sentencia nos retratamos. Dicho esto, llama la atención el modo en que el discrepante de la mayoría (en su voto particular), disecciona, desmenuza tus varios relatos. Nos parece una idea “particular” que denota poco conocimiento sobre el comportamiento de la memoria humana, del relato, de la palabra de una joven de dieciocho ó veinte años, de vuestros modos de contar las cosas.., de explicaros.....Poco conocimiento de psicología forense experimental, y todo lo que influye en el relato de cualquier ser humano. b) Cuando utilizamos el lenguaje, el mínimo respeto lleva a que tengamos en cuenta las características lingüísticas de las personas a las que va dirigido. El respeto a los derechos básicos de todas las personas a las que destinamos nuestras resoluciones exige que escribamos en un lenguaje claro, igualitario, inclusivo, no sexista, respetuoso, gramatical y sintácticamente correcto y que la redacción sea eficaz. Son muchos los efectos que tiene nuestro modo habitual de redactar y los folios y más folios: uno de ellos es que, en ese lenguaje y en ese modo de redactar no te reconoces (puede parecer que no es “tu asunto”). Terminamos dándote las gracias por tu valentía, por tu coraje y por la honestidad que transmite la sentencia sobre tu modo de proceder en este juicio. Estamos seguras de que ha tenido que ser duro, muy duro estar en el centro de esta vorágine, y resistir como lo has hecho (también es algo que adivinamos) porque suponemos que, en más de una ocasión, durante estos largos meses, habrás pensado si no hubiera sido mejor para ti el haberte ido de Pamplona cuando llegó tu madre a recogerte, y no pasar por el Juzgado, pese a que las dos fuisteis conscientes de lo que te habían hecho unos hombres que ven a las mujeres como mero objeto. Un abrazo 2 de mayo de 2018

 
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