El Guggenheim acoge la "conciencia crítica" del arte chino

Bilbao

El museo Guggenheim Bilbao acoge "Arte y China después de 1989: El teatro del mundo", la mayor exposición celebrada hasta la fecha de arte contemporáneo chino. Una propuesta con "mucha fuerza, que aporta energía diferente", ha señalado Alexandra Munroe, del Solomon R. Guggenheim, que recalará en la pinacoteca hasta el 23 de septiembre.

A lo largo de seis secciones temáticas y cronológicas, 120 obras invitan a reflexionar sobre la historia reciente a través de la óptica de 60 artistas contemporáneos chinos: Huang Yong Ping, presente en la muestra con su obra "El Teatro del mundo", Qiu Zhijie, Gu Dexin, Wang Xingwei, Chen Shaoxiong, Xu Ta e incluso el disidente Ai Weiwei y el multidisciplinar Cai Guo-Quiang. El factor común que conecta todas las piezas, la "conciencia crítica" que ha servido de inspiración para todas ellas.

En este sentido, el periodo en el que se incluyen es el más significativo, pues se trata del más transformador de su historia reciente: 1989, año de las protestas de Tiananmén y 2008, fecha de celebración de los Juegos Olímpicos de Pekin. Sin embargo, al mismo tiempo es un contexto marcado por el fin de la Guerra Fría y el desarrollo de la globalización.

Además, la muestra da la oportunidad de comprobar el ingenio de sus creadores para "esquivar las limitaciones" a la libertad de expresión existentes todavía hoy en China, y mostrar sus críticas al sistema político. Es más, esa libertad de expresión que impera a lo largo del recorrido es la razón por la que, a pesar de la polémica generada por la presencia de insectos y reptiles vivos, la pinacoteca no retirará ninguna obra. "Nos censuraríamos también a nosotros mismos", ha explicado Munroe, quien ha añadido que en Nueva York no se retiraron, sino que se "desactivaron".

Por su parte, Vidarte ha señalado que "el Museo tiene como misión respetar los valores de la creación entre los que se encuentran la libertad de expresión y de creación". Asimismo ha precisado que los animales son objeto "de la mayor atención ya que tenemos un protocolo que hace un seguimiento permanente de las condiciones en que se encuentran y se encarga de su alimentación y mantenimiento".