Descalabro rojillo en un mal partido en Lorca

Soria

El Numancia se ha pegado un tiro en el pie. Tras perder en casa ante el Valladolid, repite derrota en Lorca, en el campo de un equipo ya descendido a Segunda B en un mal partido, en el que no supo superar a un rival mejor asentado, que dio más sensación de peligro y que supo defenderse para sumar tres puntos estériles, tres puntos que al Numancia le hubieran servido para disfrutar de la jornada asentado en puestos de play-off. Después de la derrota, a expensas de los demás encuentros, toca sufrir.

El murciano del Numancia Higinio tuvo las dos primeras ocasiones del choque, primero con un disparo desde fuera del área que atrapó Dorronsoro y después sin llegar a aprovechar el error del portero lorquí, al que se le escapó el balón en el área pequeña. De porteros iba el arranque, con un paradón de Aitor Fernández a disparo de Dani Ojeda. El duelo se antojaba igualado, equilibrado, con alternativas para ambos equipos, pese a que era el Numancia el más necesitado. Con un cabezazo del rojillo Carlos Gutiérrez, fácil para Dorronsoro, y sendos remates desviados de los locales Ojeda y Nando se llegaba al 45. Minuto fatídico, porque en un córner del Lorca peinado en el primer palo Carlos Gutiérrez marcaba en su propia portería con la cabeza.

Aún con el gol encajado por digerir pese al descanso y sin estar demasiado centrado, el Numancia salió a por el empate mediante sendos intentos en las botas de Saúl, con un centro chut blandito, y de Manu del Moral, con una volea desviada. Sin embargo, Aitor Fernández volvió a tener que aparecer ante dos llegadas de Fede Vega. El lateral llegó forzado al remate en una primera instancia, pero el cancerbero realizó la parada del partido a cañonazo del argentino en la segunda. Y nada pudo hacer el portero rojillo con el disparo de Nando, que puso el balón lejos de su alcance tras una internada de Carlos Peña por la izquierda. 2-0 a media hora del final. Tocaba apelar a la épica, otra vez. Y manu metió al Numancia en el partido con un cabezazo a pase de Unai Medina. Y hasta el final, el quiero y no puedo del Numancia. Cambios refrescando y reforzando el ataque (Nieto, Guillermo y Milla, por Pablo Valcarce, Higinio y Diamanka). Centros al área sin remate, disparos lejanos sin puntería o contra la defensa, arrancadas sin final razonable, intentos continuos con más corazón que cabeza, teniendo que recular ante contraataques de infarto de un Lorca relativamente cómodo en defensa y con espíritu de sentencia a la contra. No se obró el milagro y el Numancia terminó dilapidando en apenas siete días lo conseguido durante todo el mes de abril.