Historia
Baixo Miño

Padín reflota el Pacto de Tui

El regidor, al no poder asegurar su financiación vía presupuestos, lo incluye dentro del Plan Concellos posibilitando su celebración. Sondeseu y Teresa Salgueiro serán sus protagonistas musicales.

La delimitación de la frontera luso española / Pacto de Tui

Tui

Si hay algo en el actual regidor de Tui por lo que destaca y a la vez diferencia de los predecesores es su mente inquieta. Lo más parecido a un laboratorio de ideas en permanente estado de creatividad. Y todos sabemos que en los laboratorios se corren riesgos. Algunas de sus ideas pueden ser objeto del más profundo de los rechazos. Ya no sólo por parte de los partidos de la oposición, sino también desde sus actuales socios de gobierno, aunque se expresen con la “boca pequeña” o sólo manifiesten su opinión dentro de los círculos del partido. Un buen ejemplo es el polémico reloj de la deuda 0 que tanta controversia suscitó. Pero también hay otras ideas, no pocas, que merecen ser escuchadas y estudiadas a fondo antes de cualquier pronunciamiento, bien a favor o bien en contra. El Pacto de Tui se encuentra entre las últimas.

Recuperar y ensalzar uno de los pasajes históricos más trascendentales para la ciudad, pero sobre todo para el contexto geopolítico de aquellos tiempos, es una iniciativa que, en el caso de que se lleve a cabo con rigor histórico al tiempo que concite el interés de los vecinos, podría formar parte del calendario festivo del municipio en adelante y algo por lo que Vázquez Padín podría ser recordado y a la vez sentirse orgulloso.

El Pacto de Tui, en poco espacio de tiempo, recorrió un largo y tortuoso camino. La pretensión del regidor de retirar Arraianos del escenario festivo, privandolo de ayuda económica y con el erróneo argumento de que por tratarse de un festival surgido desde la iniciativa privada, corría el riesgo de que, una vez asentado y reconocido, pudiera y quisiera hacer las maletas en busca de otro destino, granjeó nuevas enemistades hacia Padín que manifestaron su desacuerdo a través de los plenos y, una vez más como sucede con mayor frecuencia, por las redes sociales. Play Doc es un festival que vuela a mayor altitud, pero siempre lo hace en círculos sobre la ciudad de Tui. Consciente de ello, el primer edil ofreció audiencia a la promotora de Arraianos quien ya empezaba a sumar apoyos políticos de la oposición. Es loable el gesto de propiciar el diálogo aunque también sea en aras de amortiguar el rechazo social que causó su apresurada decisión. El punto más débil del alcalde. Finalmente Arraianos doblegó al Pacto de Tui y consiguió abrir, por vez primera, una partida dentro de los presupuestos municipales, aunque su cuantía no fuese la más deseada y necesaria para la organización. Y como si de un mundo imaginario de Tim Burton se tratase o quizas inimaginable, Padin asume el papel de Eduardo Manostijeras y asesta un profundo corte al presupuesto asignado para el Pacto de Tui. A su hijo político. Contra sus políticas liberales y libertarias. Es entonces cuando aparece un nuevo actor sobre el escenario que con su voto, como única pero efectiva arma, cambiaría el destino de ambos festivales. Los hechos hacían presagiar que el Pacto de Tui se convertiría en un mortinato ante la fragilidad política adquirida por el gobierno que imposibilito la aprobación de los presupuestos. Fue cuando nació de forma imprevista otro pacto, el de José Prada con los grupos de la oposición. Un pacto sin notarios, luz y taquígrafos; sin clérigos, letrados y corregidores, pero que ya consta en la historia política actual y que puede condicionar y ya lo hace de hecho, la acción política de un gobierno nacido de una oscura conjura, de un pacto mal diseñado.

Es entonces cuando el laboratorio se pone en marcha abriendo un nuevo horizonte a través de los fondos que concede la Diputación a los ayuntamientos. Vázquez Padín, incansable en su propósito de hacer realidad el evento, se sale con la suya. Consigna el gasto dentro del Plan Concellos dotándolo de la imprescindible financiación que permita su ejecución.

Pocos o puede que nadie tengan el atrevimiento de poner en entredicho esta iniciativa. Porque saben que no es mala. Incluso y aunque no quieran reconocerlo, es brillante. El Pacto de Tui es exclusivo de la ciudad que lleva su nombre. Como argumenta el alcalde con acierto posee una marca propia que impide su migración a otra ciudad como a veces sucede con los eventos culturales. Bien distinto y a la vez procedente, es conocer cuánto y cómo se gastará Padín, y sólo Padín, porque él fue el padre de la criatura y por eso será él quien administre los gastos de su crianza; los 44.577,61 euros que solicitó a Diputación, dentro de la línea 2 del Plan Concellos que contempla la financiación de actividades culturales. No obstante Padín hubiera querido disponer de un mayor presupuesto para organizar un evento con recreaciones históricas, conferencias, etc. Pese a ello, Padín ha metido dos bolas en una misma tacada porque al no incluir Arraianos dentro del Plan Concellos, deja a la organización a los pies de los caballos de la oposición porque la vía financiera de Arraianos está bloqueada a día de hoy al no prosperar el proyecto de presupuestos y por ende, la partida consignada para este evento. Otra carambola del regidor la encontramos en la propia partida presupuestaria del Pacto de Tui a fecha actual. Empezó con 30.000 euros, se rebajó hasta los 5.000 y se quedó a 0 al no contar con los votos necesarios que lo hicieran viable. Y como en el mejor de los espectáculos circenses, haciendo valer la recurrente frase de “No se vayan todavía que aún hay más”, Padín lo saca a la pista central y lo dota de mayor presupuesto, supeditado, eso sí al preceptivo visto bueno del gobierno provincial. Y salvo error técnico, cuesta creer que Diputación tumbe el Pacto de Tui que forma parte del patrimonio histórico de una de las ciudades con mayor potencial en ese ámbito. Ni por mucha animadversión que su presidenta pueda tener hacia el alcalde.

Quedan muchos aspectos por conocer de la iniciativa. Sabemos que se contó con el historiador tudense Suso Vila para, al menos, disponer una base histórica de partida para no incurrir en algún posible anacronismo o falta de rigor. Vila redactó, a petición del alcalde, un sesudo y documentado informe para ello. Sabemos y avanzamos a través de este medio que Sondeseu y Teresa Salgueiro, otrora cantante de Madredeus, formarán parte de la programación en la que trabaja Padín. Sabemos, también por el propio alcalde, que el evento pretende, en un futuro, aspirar al rango de gran fiesta de la cultura gallega y portuguesa, en el marco de la Eurocidade. Sabemos también sus fechas de celebración, 6 y 7 de julio, aunque no sean coincidentes con la fecha histórica (el 4 de julio de 1137) pero sí las más cercanas a la hora de buscar un fin de semana acorde para su celebración. Y poco más sabemos. Esa circunstancia abre el camino para que la oposición cumpla su papel auditor y a la vez, para que el alcalde haga gala de la transparencia que siempre está presente en su discurso. Pero también es necesario por el bien de la ciudad, y también por cuestiones de estética política, que unos y otros se sienten y sienten las bases de una iniciativa inherente a todos ellos y a la vez incluyente. Por todo ello, el Pacto de Tui debe nacer de un pacto político.

 
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