El Teorema de los monos infinitos
A Coruña
En 1913 el político y matemático francés Émile Borel planteó el Teorema de los monos infinitos. Este teorema dice que si existiesen infinitos monos tecleando en infinitas máquinas de escribir al azar, en algún momento del tiempo uno de ellos acabaría escribiendo cualquier libro obra maestra de la literatura.
Este teorema mental se utiliza mucho para ilustrar lo grandiosos que son los acontecimientos improbables. Escribir el Quijote, por ejemplo, es un acontecimiento improbable, grandioso y único en la historia. Necesitaríamos infinitos monos en infinitas máquinas de escribir durante un tiempo enorme para que uno de ellos teclease al azar el Quijote. Es improbable, pero no imposible, según las leyes estadísticas.
Los sucesos improbables son tan extraordinarios que debemos valorarlos en su justa medida. ¿Cuántos monos harían falta para escribir noticias que estamos viviendo últimamente?
Es improbable que una pareja de políticos que aboga por la igualdad y los salarios dignos se compre un chalet de 600.000€. Es improbable, pero no imposible.
Es improbable que el resto de fuerzas políticas critiquen la compra de una vivienda de una pareja de políticos, cuando muchos de ellos viven en casas de mayor cuantía. Es improbable, pero no imposible.
Es improbable que una cantante que quizás no esté pasando por su mejor momento musical se convierta en trending topic por ponerle letra a un himno nacional y convertirse en adalid de la causa liberal. Es improbable, pero no imposible.
Es improbable que una presidenta de una Comunidad Autónoma tenga un máster falso y no dimita, pero es incluso más improbable que finalmente dimita porque robó unas cremas en un supermercado y, casualmente, el video de seguridad apareciese siete años después del hurto. Es improbable, pero no imposible.
Es improbable que más miembros del mismo partido de esa presidenta estén siendo investigados para saber si los títulos universitarios que poseen son legales o no. Es improbable, pero no imposible.
Es improbable que un señor que aparece en los papeles de otro señor que daba sobres en B a muchos señores y señoras de cierto partido político sea presidente del gobierno. Es improbable, pero no imposible.
Es improbable que un loco racista, xenófobo, homófobo y con tupé rubio tenga los códigos de activación de las bombas en Estados Unidos. Es improbable, pero no imposible.
Y como estas, muchas otras cosas extraordinarias que ocurren en nuestro día a día. No puedo imaginar la cantidad de monos que harían falta para escribir aleatoriamente estos episodios de nuestra historia. Lo que si se es que estaría bien que nos dejasen de tratar a nosotros como monos, ¿no creen? Qué duda cabe.
