Carlos Vázquez: “Tatiana siempre aparecía con golpes”
Los testigos afirman que el acusado era muy controlador y celoso
Dicen también que I. N. "le hablaba mal a la víctima, pero ella adaptada a la situación"
Lugo
El padre de Tatiana, Carlos Vázquez, no alberga “ninguna duda” y asegura que “al cien por cien” el asesino de su hija es Ibrahima N., el que fuera su pareja sentimental, a la que “trataba mal”.
Más información
El juicio por el crimen de Tatiana Vázquez, con jurado, se ha vuelto a reanudar este miércoles al filo de las diez, en la sección segunda de la Audiencia Provincial, con la declaración de varios testigos que han ratificado que el acusado era “muy controlador” y “celoso”.
En la jornada de este miércoles se ha podido ver al joven senegalés, de 33 años, cabizbajo, sin casi prestar atención a las declaraciones que se fueron sucediendo y que se producían al abrigo de un biombo.
La familia de Tatiana se situó detrás de Ibrahima, de nuevo esposado, sin poder reprimir el padre, la madre, Manuela Abuín, y el hijo y hermano las lágrimas en algunos de los testimonios.
El padre, Carlos Vázquez, en declaraciones a Radio Lugo SER, en un momento que salía al baño, mantenía que Ibrahima “responsable es”, del crimen de su hija, cuyo cadáver apareció cosido a cuchilladas en el coche de la joven de Castro de Rei (24 años), en el barrio de San Fiz, en una zona próxima a las oficinas de la Policía Local de la ciudad de Lugo.
Carlos Vázquez, padre de Tatiana
01:16
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1527073762_378860/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
“Responsable es, lo que pasa es, lo que dice el juez, que hasta el final no puedo decir nada. Como está escuchando bien, bien ves es que todos coinciden con lo mismo”, farfullaba tratando de aguantar la emoción.
Aunque ha dicho que “no” habían visto al acusado “maltratar a Tatiana”, atajaba que “siempre aparecía (su hija) con golpes, ella decía que se caía. Nosotros denunciábamos, ella decía que era mayor de edad, él amenazaba que no podía denunciar”, soltó.
Una relación "tóxica"
Interpelado sobre sí era una relación “tóxica” la que mantenían, no ha dudado en asentir, “si, si”. Seguidamente, al preguntársele si se “aprovechaba” de Tatiana, dirigiéndose al periodista, deslizaba “bien lo viste, lo llevaba a comer y encima le tenía que pagar 50 euros”, en un episodio que relató una de las testigos durante el juicio, que acontecía en unas navidades, en que la pareja acudió a cenar a la casa de los padres.
Sobre la relación de la familia con Ibrahima, se limitó a señalar que “era normal”. “Nosotros nunca nos metimos con él, y él con nosotros tampoco. Pero nosotros no queríamos que saliera con él porque ya veíamos lo que estaba haciendo. Para mi al cien por cien”, subrayaba sobre la responsabilidad de Ibrahima en el crimen.
Ya durante el juicio, y al manto de un biombo, testificaron varias jóvenes que conocían a la víctima. “Me había contado (por Tatiana) que el siempre la controlaba”, “era muy controlador, muy celoso”, atestiguaba M.L.
Otra testigo ha afirmado que el acusado “le hablaba mal” a Tatiana, no obstante ella “estaba adaptada a la situación”, también sugirió un “comportamiento agresivo” del presunto criminal.
La fiscalía pide 25 años por el crimen, y dos años y medio por otro delito de maltrato. La acusación particular igualmente requiere 25 años por el asesinato y eleva a tres la petición por malos tratos. La defensa sigue manteniendo que su patrocinado es “inocente”.