El empleo remunerado ya no sirve de garantía para dejar de ser pobre

Sevilla

El Aula Domínguez Valverde del Arzobispado de Sevilla ha acogido este martes la presentación de la Memoria 2017 de Cáritas Diocesana de Sevilla, acto que ha estado presidido por el arzobispo hispalense, Juan José Asenjo Pelegrina, y que además ha contado con la presencia del delegado de Medios de Comunicación de la Archidiócesis, Adrián Ríos Bailón; el director de Cáritas Diocesana de Sevilla, Mariano Pérez de Ayala; y el secretario general de Cáritas Diocesana de Sevilla, Pedro Ruiz Morcillo.

Una memoria que, como gran titular, nos deja que "el empleo remunerado ya no sirve de garantía para dejar de ser pobre" como consecuencia de que el modelo socioeconómico en la provincia, y en toda Andalucía, está fuertemente lastrado por las imperfecciones de un mercado laboral dominado por el desempleo masivo y permanente y la generación de empleo precario. De hecho, la tasa de riesgo de pobreza de las personas con empleo en Andalucía ha aumentado del 23,05% en 2014 al 24,45% en 2017. Situación que afecta de manera especial a los más de 70.000 hogares sevillanos con todos sus miembros en paro, según ha destacado en su balance Mariano Pérez de Ayala...

Por otra parte, se repiten datos ya conocidos en anteriores ediciones de esta memoria anual de Cáritas. En el listado de los barrios más pobres de España, de los cuatro primeros tres son sevillanos: Pajaritos-Amate (1º), Polígono Sur (2º) y Torreblanca (4º). Además, si ampliamos este listado a los 15 primeros barrios más pobres nuestros país, hay que sumar otros cuatro barrios de la capital hispalense: Cerro del Águila (9º), Villegas (11º), Su Eminencia (12º) y San Pablo (14º).

Por último, en 2017 fueron atendidas por Cáritas 16.119 familias -51.581 personas-, un 7,8% menos que en el ejercicio anterior, aunque se mantuvo el nivel de ayudas e intervenciones, fundamentalmente en forma de alimentos, vestidos y vivienda, con un gasto cercano a los 4,9 millones de euros, un 8,14% más que en 2016.