A un solo gol del milagro

Oviedo

Era cuestión de un milagro que finalmente no se produjo. Pero a punto estuvo. Incluso un gol anulado de la Cultural Leoensa, cantado de forma tardía en el Carlos Tartiere, nos puso a todos el corazón en un puño. El conjunto azul ganó al Huesca, y terminó la temporada en séptima posición empatado a puntos con el Numancia, que acabó sexto, pero con el golaveraje particular perdido respecto a los sorianos. Pero más allá de la diferencia de goles entre ambos equipos, los carbayones se quedaron a un solo tanto de entrar en playoff. Un gol que era necesario que llegase en Los Pajaritos por parte de la Cultural Leonesa. Ese encuentro, para el beneficio de los ovetenses, tenía que finalizar en empate y terminó con la victoria por la mínima de los de Jagoba Arrasate, que provocaron así el descenso de los de Rubén de la Barrera a Segunda División B. El resto de marcadores sí acompañaron porque el enfrentamiento entre Valladolid y Osasuna era necesario que no finalizase en tablas, como así fue, y el Cádiz perdió frente al Granada.

Juan Antonio Anquela puso en liza un once con varias novedades, ante las ausencias de Saúl Berjón y Carlos Hernández, sancionados, decidió volver a la defensa de cuatro con Cotugno como lateral derecho y Diegui por delante. En la zaga regresó Christian Fernández, acompañado de Forlín, y Fabbrini actuó en la mediapunta, aunque el italiano fue alternando su posición con Aarón Ñíguez a lo largo del encuentro.

El partido comenzó con alternativas para los dos conjuntos. Alfonso tuvo que emplearse a fondo en dos acciones de los oscenses, primero Cucho y después Ferrerio pusieron a prueba al guardameta madrileño, que respondió con sendas paradas abajo con su mano izquierda para desbaratar el peligro visitante. También los azules tuvieron las suyas, en primer lugar con un remate de cabeza de Miguel Linares que se paseó por el área pequeña, y en segundo con un disparo de Aarón Ñíguez que pegó en Jair y obligó a Santamaría a sacar un pie salvador porque el balón se había envenenado.

En el minuto 25 llegó el primer gol del choque. Pase en largo de Rocha, que vio desmarcado a Diegui en la banda derecha, y el canterano, desde una posición escorada, sorprendió a todos con un remate cruzado sin dejarla caer. Siete minutos más tarde el Oviedo pudo dejar encarrilado el encuentro si Linares llega a transformar el penalti cometido sobre Mossa. El delantero asumió la responsabilidad pero golpeó suave, raso y al centro. Santamaría no se movió y rechazó el balón con el pie, el rebote le cayó de nuevo al maño que tuvo tiempo para controlar con el pecho, pero cuando tenía toda la portería a favor, al borde del área pequeña, envió el balón al larguero.

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Los gritos en favor de Linares se empezaban a hacer notar en el Tartiere. La afición, pegada a cualquier dispositivo móvil que le aportase buenas noticias de otros estadios, llegó al descanso con la sensación de que podía ser posible. Y aun más cuando Machís acababa de adelantar al Granada ante el Cádiz y el Valladolid iba ganando a Osasuna. Todo marchaba de cara. O casi todo. En ese momento el Oviedo estaba a un solo tanto de jugar la fase de ascenso. El que tenía que anotar la Cultural contra el Numancia porque iba perdiendo tras la conclusión de los primeros 45 minutos.

La segunda mitad empezó con tensión, no solo en la grada, sino también en el césped. El juego se embarullaba mientras el Cádiz empataba el partido en Los Cármenes. Ahora eran necesarios dos goles para la carambola perfecta. Transcurría con tranquilidad la segunda parte en el municipal ovetense, y Mata anotaba el segundo para el Valladolid. El triunfo de los pucelanos se daba por hecho. Ahora los ojos estaban puestos en Granada y Soria. Faltaban 20 minutos para el final cuando Linares, esta vez sí, no perdonó y anotó su gol de cabeza tras un gran centro de Aarón Ñíguez desde la izquierda. El capitán se besó el escudo, su muñequera de la suerte, y celebró su tanto con toda la grada. Una celebración que sonaba a despedida, y todavía más cuando se retiró visiblemente emocionado al ser sustituido por Toché. La tensión subía y los nervios se palpaban en el ambiente, el Granada se volvía adelantar gracias a Machís, pero el Numancia parecía haber dejado sentenciado el choque con su segundo tanto. La ilusión se volvió a disparar en el momento que Rodri recortó diferencias para la Cultural en el minuto 83. Y desde ese instante, los focos estaban puestos en ese partido. El gol de Jair para el Huesca fue lo de menos porque la emoción se encontraba en Los Pajaritos. El sobresalto todavía fue mayor porque el Tartiere empezó a cantar un gol de los leoneses que había sido anulado minutos antes. Los últimos compases del encuentro en Soria fueron relativamente tranquilos y los de Rubén de la Barrera, que apenas inquietaron la portería rival, no pudieron evitar el descenso de categoría.

De esta forma se llegó a la finalización de los cuatro partidos de los que todos estábamos pendientes, con el sabor amargo de que solo un gol dejó al Oviedo fuera del playoff. Los azules ganaron en la ida al Numancia 3-1, pero perdieron 3-0 en la vuelta, por lo que la ventaja era para los de Arrasate en caso de empate a puntos.

La plantilla ahora se queda de vacaciones, y se espera que el lunes Miguel Linares ofrezca una rueda de prensa. Además, el club informará en los próximos días de la situación contractual de sus futbolistas. Lo que sí parece encaminada es la renovación de Juan Antonio Anquela, una vez que el técnico confirmó su deseo de continuar, y también el club de que lo haga una temporada más.