Martín Sevilla: “Crespo me ha defraudado; no voté para que cobrara sin trabajar”

Alicante

En el juicio contra los 21 exconsejeros de la CAM han declarado este martes los tres integrantes de la Comisión de Retribuciones que dio luz verde en 2009 a las dietas de 300 mil euros al año al entonces presidente, Modesto Crespo.

Los tres -Antonio Gil Terrón, Luis Esteban y Martín Sevilla- han defendido como "justificada" y "razonable" la cuantía de esos emolumentos que el director, Roberto López Abad, propuso y pasó luego por el Consejo de Administración de la CAM, para que Crespo los cobrase como presidente de la sociedad participada Tinser.

Son unas retribuciones -ha recordado hoy el fiscal, Felipe Briones- que superaban en mucho los 8.000 euros que Crespo percibía entonces anualmente como presidente de la propia CAM.

El consejero y exconseller Martín Sevilla, último que ha declarado, y secretario entonces de esa Comisión de Retribuciones, ha defendido que ese emolumento a Crespo estaba ligado a un trabajo, no a no hacer nada, sino a "intentar recuperar la actividad de la CAM en Murcia y Alicante y que la dedicación de tiempo completo de Crespo en la CAM y Tinser no eran algo separable. Él no votó "sí" para que Crespo cobrara sin trabajar, ha dicho. Por eso, dice, se siente "defraudado" desde hace una semana, con él, tras su confesión para reducir su pena.

Para Gil-Terrón, que entonces presidía dicha Comisión, también está justificada esa elevada suma. Pese a sus problemas de "narcolepsia y falta de memoria" esgrimidos, dice que él se mostró favorable a las dietas porque "el planteamiento" que expuso Roberto López, el director general, era "convincente en aquellos momentos y aquella época", También defiende el carácter retroactivo de esas dietas, en que Crespo trabajó desde el principio en el proyecto de Tinser aunque no estuviera aún designado.

Y Luis Esteban, por su parte, el tercer componente de esta Comisión, también defiende la cuantiosa dieta en que "era lo que necesitaba la caja y una opción de futuro", no sólo para impulsar Tinser, sino a la propia CAM, que vivía unos meses "complicados".

Eso sí, difiere con Gil-Terrón en la cuestión del emolumento a Crespo, que "no se tocó", asegura, en el Consejo de Administración, y por eso no suscitó debate ni reparos de nadie. Tampoco, reconoce, leyó el acta posterior al Consejo, fiado de "la buena fe" de éste.

Los interrogatorios continúan este miércoles con el resto de consejeros.