El arbitraje expulsa a la Arandina
Cruel, injusto e indecente. El sueño se convirtió en pesadilla. Un córner inexistente en el último segundo y con 40 segundos fuera de tiempo reglamentario elimina a la Arandina ante un Almería B que remontó dos veces (3-2). El equipazo en esta eliminatoria era el conjunto de De los Mozos
Almería
Partidazo de la Arandina. No mereció perder y además lo hizo por una acción que se inventó el trío arbitral. Se la inventó el juez de línea. El árbitro dio saque de puerta. Pero su auxiliar le rectificó y el tiempo superaba ya en 40 segundos el tiempo reglamentario. Difícil de digerir porque el error humano es comprensible pero este fallo, por clamoroso, resulta indecente. Doble error además. Un córner inexistente que le regalaron al filial andaluz, y que con mucha fortuna acabó en el 3-2 con gol de Batalla, el portero local que se sumó al ataque, que remató, que vio como el balón golpeó en un juugador arandino y acabó besando la portería de la Arandina.
El partido tuvo alternativas. Hubo momentos y ocasiones muy claras para los dos equipos. Golpeó dos veces la Arandina para adelantarse en el marcador, primero con gol de Rubiato que neutralizó Sofían. La respuesta visitante no tardó en darse y un golazo de Adeva volvió a poner por delante a los ribereños. Sofían, a diez minutos de la conclusión devolvió la emoción y, para acabar, la acción que desató con demoledora e injusta crueldad un desenlace que hizo a la afición ribereña pasar del sueño a la pesadilla.
Desde la Arandina declaraciones muy duras contra un arbitraje que, sin restarle méritos al filial andaluz que también hizo un partidazo, fue decisivo y decidió qúé equipo quedaba imposibilitado de acceder a la final de la fase de ascenso. Al doble error arbitrar podría llegar ahora el federativo si se sancionan algunas declaraciones realizadas en los micrófonos de la Cadena SER. Cabe el error humano en los árbitros a la par que se despoja de la misma humanidad a quienes con el duelo por el golpe encajado se les niega, al menos, el recurso del pataleo. La proporción del daño hecho a la Arandina no se puede medir y además no se puede rectificar y seguramente será más proporcional y aún más injusto el castigo a quienes han hablado que a los que se han equivocado.